Ya era conocido en la antigüedad, pero hasta mediados del siglo XVIII se confundía con el plomo, estaño y zinc. Ocupa el lugar 73 en abundancia entre los elementos de la corteza terrestre representa el 8,5x10-7% del peso de la corteza y es tan escaso como la plata. Los principales depósitos están en Sudamérica, pero en Estados Unidos se obtiene principalmente como subproducto del refinado de los minerales de cobre y plomo.
El bismuto se expande al solidificarse, esta extraña propiedad lo convierte en un metal idóneo para fundiciones. Algunas de sus aleaciones tienen puntos de fusión inusualmente bajos. Es una de las sustancias más fuertemente diamagnéticas (dificultad para magnetizarse). Es un mal conductor del calor y la electricidad, y puede incrementarse su resistencia eléctrica en un campo magnético, propiedad que lo hace útil en instrumentos para medir la fuerza de estos campos. Es opaco a los rayos X y puede emplearse en fluoroscopia. Cuando es sólido flota sobre su estado líquido, por tener menor densidad en el estado sólido. El metal es gris con un muy ligero toque rosado, muy "vidrioso" y frágil, no soporta un impacto mínimo, su ductilidad y maleabilidad es nula.
El bismuto es un metal blanco con un punto de fusión bajo, alrededor de 271ºC. Al enfriarse comienza a solidificarse; pero como la temperatura no es igual en superficie que en el interior provoca tensiones internas que llevan a formar estructuras cristalinas únicas y coloridas. Este fenómeno ocurre debido a la expansión térmica anisotrópica del bismuto, lo que significa que se expande o contrae de manera diferente en distintas direcciones al enfriarse. Esta expansión desigual causa tensiones internas que, a su vez, dan lugar a patrones geométricos y colores iridiscentes en los cristales formados. La expansión térmica anisotrópica del bismuto hace que los cristales crezcan en patrones geométricos únicos, a menudo con formas escalonadas o en espiral. Estos cristales son más grandes y definidos si el bismuto es de mayor pureza. La superficie de los cristales de bismuto se oxida rápidamente, creando una capa delgada de óxido que, al refractar la luz, produce los llamativos colores iridiscentes. Razón por la que se usa en joyería.
En cerámica se usa como fundente para esmaltes de baja, sustituyendo al plomo, ya que es apenas tóxico. José María Mariscal introduce el subnitrato de bismuto en los esmaltes para conseguir iridiscencias. Oxidado en el laboratorio se consiguen maclas de iris fascinantes. Se utiliza en lustres sobre vidriados. No se disuelve en agua corriente, sólo en ácidos. El trióxido de bismuto, Bi2O3, es un colorante cerámico que también crea iridiscencias.
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