sábado, 25 de enero de 2025

sobre el inventor del kanfort

    Manuel González Scott-Glendowyn, coronel de Estado Mayor retirado, fue un empresario de éxito -patentó las marcas Kanfort y Hurra-, pero ante todo era un gran amante del arte africano. Su afición le llevó a compendiar una extraordinaria colección de esculturas de bronce de ese continente. De uno de sus viajes a Nigeria se trajo a Inocencio A., a quien convirtió en su empleado doméstico. El lunes, Inocencio confesó a la Policía Local de Jávea (Alicante) que acababa de asesinar a su patrón y a la esposa de éste. A él lo acuchilló y a ella, Ángeles Bravo, la estranguló en el chalé de Jávea donde el matrimonio veraneaba. Una enfermedad mental, una esquizofrenia, puede ser el germen del estallido de violencia que abocó al criado a quitar la vida a sus empleadores.
    Manuel González era un buen conocedor de África y especialmente de Nigeria, donde mantenía relaciones empresariales y consiguió las mejores piezas de su colección de esculturas de bronce africano de los siglos XVII y XVIII, una de las más completas a nivel internacional.
    González patentó la marca Kanfort, de productos para limpiar zapatos de cuero, ahora en manos multinacionales. También fundó la firma Hurra, de espuma contra la suciedad de alfombras y tejidos. Mantenía, además, negocios de pesca de marisco con barcos en Nigeria, según ha reconocido uno de sus íntimos amigos, Francisco Giménez, que fue alcalde de San Roque, localidad gaditana a la que el fallecido estaba muy vinculado.
    El Ayuntamiento de San Roque celebró ayer un pleno extraordinario y urgente para expresar su consternación por el doble crimen, manifestar las condolencias a la familia y para emprender los trámites para declarar a Manuel González hijo adoptivo de la ciudad.
    La ciudad de San Roque esta agradecida a González por la entrega desinteresada que éste hizo de su colección de esculturas y bocetos del artista imaginero Luis Ortega Bru. Con esta cesión, San Roque ha abierto un museo.



    “Yo soy Manolo González, sin don y sin más apellidos” decía el coronel de Estado Mayor, experto en el arte de la guerra, coleccionista, mecenas, inventor y, sobre todo, emprendedor y empresario de éxito. El fue el inventor de una crema para el calzado y una espuma para limpiar tapicerías. Sin embargo, hace casi medio siglo el Kanfort y la espuma seca Hurra, acompañada de su esponja, revolucionaron el mercado y fueron toda una novedad para las amas de casa de mucho mundo.
    “He limpiado los zapatos a media España”, decía mucho después el empresario, que no dudó en montar su primer taller en su propia casa y en poner a trabajar en él a su mujer y a las de sus dos socios. El despegue de producto y marca se produjo poco después y por todo lo alto. Porque, los dueños de la incipiente empresa, no dudaron en fletar un avión y en presentar su betún en la Feria Internacional de Chicago. Se estrenaban los años 60 y el Kanfort encontró su hueco en el mercado norteamericano. De allí saltó además a México y Canadá.

ElMundo

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