Anda con dificultad, con bastón, arrastrando los pies. Está muy delgado, los pómulos salientes, angulosos. Su cara insinúa ya la calavera. Los ojos hundidos en dos agujeros un poco tapados por dos pobladas y grises cejas. La cabeza cae sobre el pecho. Pelos por todas partes, sin orden. Grandes orejas. Mueso. Con enormes ganas de hablar, espera su turno sentado.
Fantástico!
ResponderEliminarSi con 93 años, se ha ido solo al banco y aun le quedan enormes ganas de hablar, le queda mucha vida, no te preocupes ; )
ResponderEliminarGracias. En todo caso si es preocupante que este sea nuestro mejor posible futuro.
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