El museo expuso recientemente las artes rusas de arte moderno de 1912-1935 bajo el título: “Un impulso revolucionario: Subida de la vanguardia rusa”. Es una colección excelentemente presentada abarca pintura, el cine, la fotografía y el diseño.
Del asombroso número de objetos que se exponen, el más llamativo era de 1925: la colaboración del cineasta Dziga Vertov con Rodchenko en "Kino-Pravda nº21", una película de propaganda sobre el seguimiento de la mala salud, la muerte y el entierro de Lenin. Gráficos en blanco y negro aportados por Rodchenko representan, sin comentarios, las estadísticas médicas del líder revolucionario enfermo creando una palpable sensación de preocupación, ya que, a un ritmo muy lento, llegamos al resultado que todos ya sabemos: la muerte de Lenin en 1924. La película mostraba la masiva procesión de asistentes a su funeral, dedicando las tomas de retratos y placas con los nombres de los líderes del partido: la feminista alemana Clara Zetkin, enconvada y llorosa, un sombrío Leon Trotsky y Joseph Stalin mirando fijamente delante. Este último, completamente frío (una visión de un futuro aún desconocido para los realizadores, pero que hoy se conoce muy bien). De pie, en el año 2017, en el Museo Americano de Arte Moderno en un momento de confusión política absoluta, la tragedia de este momento cortaba el aire. ¿Vertov y Rodchenko se dan cuenta de que, en su montaje de los líderes del partido, sería Stalin quien tomaría el poder? Lo que no sabían es que, después de la gran derrota de la izquierda alemana el año anterior, 1924 marcaría un cierre y no una abertura de la historia.
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