Pienso que la muerte para un cánido es un esqueleto de cuatro patas con una soga en el cuello. Una soguilla de esparto de esas con las que cosían los sacos y colgaban a los perros de las olivas cuando habían sufrido un grave accidente, habían sido envenenados, se habían vuelto locos o ya no servían para nada. Tranqui tiene algo parecido que le ronda detrás de la oreja. Algo que lo tiene triste y débil. Algo que le hace parecerse a esa parca disfrazada de Tranqui, con su traje negro.
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