Salimos de Bordeaux por las viñas de Cognac, Saintes y Niort, que es un pueblo inmenso que rodeamos para coger la ruta de Nantes, pasando por pueblecitos con canales. Es la Venecia Verde, Bernat, donde nos encontramos con un grupo de jóvenes españoles.
Nos perdemos en las circunvalaciones de Nantes, que es una ciudad muy grande. Una señora muy simpática nos hace un plano muy apañao por el que logramos salir hacia Vannes, en el Golfo de Morbihan, donde hay muchos emplazamientos megalíticos, dólmenes y formaciones de menhires.
Nos desviamos a la costa hacia la villa de Carnac. Allí vemos la iglesia de San Cornelio, patrono de los animales cornudos, el museo prehistórico, celtas, galos, romanos y bretones, les Alignements de Menec, que es una impresionante alineación megalítica de unos cuatro mil menhires, con inscripciones, en líneas paralelas y algún que otro dolmen. Allí mismo nos comemos unos embutidos y un helado.
Nos acercamos a La-Trinité-sur-mer, un puerto de recreo lleno de veleros, con mucho turista y mucho pijo. Estoy cansado de coche y tengo que tomarme un apestoso café ejecutivo, malo y caro. Tras cruzar un inmenso puente metálico estamos en Brest. El hotel está en una plaza bonita en el centro de la ciudad junto a la Rue de Siam. La ciudad está vacía. Esta Europa que se dedica a trabajar y luego a trabajarse la casa me resulta seria y aburrida, muy preocupada por su estética y muy lejos de mi idea de la felicidad.
3 días de viaje. 1.637 kms. Gastos: 18.444 ptas. Gastos acmdos: 64.212 ptas. Dos personas.
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