Tras la caída de Francia en 1940, trasladó con su familia a Marsalles y luego a Saboya. Después de la liberación, regresaron a París y finalmente se instalaron en una granja en Grisy-les-Platres, donde instaló su estudio en el jardín. Allí, creó esculturas y pinturas en técnicas mixtas, trabajando con temas de naturaleza y animales.
La carrera de grabado de Francois fue tanto como artista fino como comercial. A partir de la década de 1930 creó carteles litográficos para cine y teatro, y en las décadas de 1960 y 1970 comenzó a experimentar con el grabado como arte, centrándose en el grabado en color abstracto y la litografía. Se hizo conocido por sus atrevidas y toscas abstracciones de personas y animales, a veces humorísticas, a veces rayanas en el surrealismo.
Su prolífica carrera también se expandió hacia los dibujos animados y la ilustración. Dibujó caricaturas políticas para la publicación izquierdista Le Nouvel Observateur, que pronto obtuvo el reconocimiento de las principales publicaciones de Europa, el Reino Unido y los Estados Unidos. Ilustró casi 50 portadas para el New Yorker, así como varias para Punch, Sports Illustrated, Life, Vogue, Esquire, Le Mode y Fortune. Además, ilustró una variedad de portadas de libros y publicó sus propios libros para niños. Fue miembro de la Alliance Graphique Internationale.
Francoise expuso ampliamente, incluidas importantes retrospectivas en el Museé d'Art moderne de París (1986) y el Museo Mitsukoshi de Tokio (1995). En 1977 recibió el doctorado honoris causa de la Universidad de Londres. En 2002, un incendio en el estudio destruyó toda su obra que no se encontraba en una colección o museo, incluidas esculturas, pinturas y obras sobre papel. Al año siguiente, realizó una exposición en el Centro Pompidou, titulada Prueba de fuego.
Murió el 11 de abril de 2005, a la edad de 89 años.
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