viernes, 30 de agosto de 2024

cuencos

                             
El cuenco, también llamado bol, es un utensilio de cocina de forma semiesférica, más o menos, y sin asas que sirve para beber (en tal caso también recibe el nombre de tazón), comer, recoger de una vasija mayor o simplemente contener. Posiblemente que el primer cuenco se hizo cuando algún homínido juntó sus manos para coger agua. La naturaleza nos ofreció frutos de cáscara gruesa para recoger líquidos y granos. Calabazas y cocos se siguen usando como cuencos. Finalmente, el descubrimiento de la cerámica en el Neolítico sirvió para fabricar cuencos artificiales. El llamado chawan es un bol que se usa en Japón como taza para la ceremonia del té.

Quizás el cuenco más famoso de España es el del calcolítico encontrado en el yacimiento de Los Millares, en Almería. Está modelado a mano con arcilla fina con desgrasantes y decorada con incisiones en formas geométricas. Sus paredes son muy finas. En su decoración tiene dos motivos oculados, con dos pupilas cada uno, con un punto central, y tres ciervos esquemáticos, un macho de grandes cuernas y dos hembras. Con esos ojos/soles es fácil imaginar el cuenco como instrumento para las ofrendas. Un cuenco elevándose hacia el cielo siguiendo un ritual. Los católicos en sus ritos lo han transformado en una lujosa copa a la que llaman cáliz. También son rituales y famosos los cuencos tibetanos. Son metálicos y aquí se utilizan para generar una música relajante con poderes curativos, según los principios de la llamada musicoterapia.
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Aunque la industria ha desarrollado la técnica de los moldes para la fabricación de cuencos de plástico, de metal y también para la cerámica, es posible aún encontrar cuencos hechos a torno y a mano.

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