-Pero recordad que las keddahs no son un buen sitio para que jueguen los niños
-siguió Petersen Sahib.
-¿No debo entrar en ellas jamás, Sahib? -preguntó Toomai el pequeño, tragando aire.
-Sí -Peterson Sahib volvió a sonreir-. Cuando hayáis visto bailar a los elefantes. Ése es el momento oportuno. Venid a verme cuando hayáis visto esa danza, y os dejaré entrar en todas las keddahs.
-Se oyó otra carcajada general, porque aquella era otra de las bromas típicas que hacían los cazadores entre ellos, y equivale a decir nunca jamás. En los bosques hay grandes claros de tierra batida a los que llaman salones de baile de los elefantes. Cuando un cornaca hace alarde de su habilidad y valor, el resto le dice: ¿Y cuándo visteis bailar a los elefantes?
Rudyard Kipling en El libro de la selva, El País Aventuras.
-¿No debo entrar en ellas jamás, Sahib? -preguntó Toomai el pequeño, tragando aire.
-Sí -Peterson Sahib volvió a sonreir-. Cuando hayáis visto bailar a los elefantes. Ése es el momento oportuno. Venid a verme cuando hayáis visto esa danza, y os dejaré entrar en todas las keddahs.
-Se oyó otra carcajada general, porque aquella era otra de las bromas típicas que hacían los cazadores entre ellos, y equivale a decir nunca jamás. En los bosques hay grandes claros de tierra batida a los que llaman salones de baile de los elefantes. Cuando un cornaca hace alarde de su habilidad y valor, el resto le dice: ¿Y cuándo visteis bailar a los elefantes?
Rudyard Kipling en El libro de la selva, El País Aventuras.
Keddah: Empalidada para reunir elefantes.
Sahib: En la época colonial, tratamiento dado en la India por los indígenas a los blancos.
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