Varela se atrevió a decir que hay ‘distribución equitativa de la riqueza del país y justicia social’, y que en su administración ‘el crecimiento económico va de acuerdo al poder adquisitivo del panameño no en base a la especulación’, aseveraciones totalmente falsas. Panamá sigue siendo uno de los 10 países con peor distribución de la riqueza en el mundo, sin justicia social. La especulación en los precios es campante y el costo de vida no se corresponde con los bajos salarios que perciben los trabajadores (34 años sin aumento general de salario y 34 salarios mínimos que no cubren el costo de la canasta de necesidades familiares, amén que Varela ha realizado los ajustes de salario mínimo más bajos de los últimos periodos). El poder adquisitivo de los asalariados se ha reducido en un 30 %.
Como si fuera poco, Varela insiste en achacar al pueblo la responsabilidad de mantener contratos del Estado con empresas involucradas en escándalos de corrupción ‘La batalla que se está librando contra la corrupción en Panamá será un caso de estudio, se están recuperando fondos desviados al pueblo panameño, sin afectar las obras ni los empleos ni a la gente inocente’. Sin embargo, los fondos desviados son negociados con los corruptores ‘entregan una parte y se quedan con otra’, cientos de trabajadores despedidos en empresas involucradas en corrupción, si se mantienen las obras entregadas a empresas involucradas en los escándalos de corrupción.
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