martes, 22 de septiembre de 2015

loa al boceto







El pintor y litógrafo francés Henri Fantin-Latour (1836 - 1904) tuvo un sueño recurrente durante los años 1872, 73 y 74, en que un grupo de graciosas y jóvenes mujeres blanquecinas de pequeños pechos, algunas de ellas aladas, se reunían en el paraíso para recibir a Schumann, muerto hacía ya más de una década, al que reconocían su gran obra. Rápidamente, antes de entrar por completo a la vigilia, cogía su lápiz y sin apenas levantarlo del papel, apuntaba esa escena.
Aquellas líneas gruesas eran como una llave que abrían otra vez su sueño: las risas de los juegos entre la niebla, la gracia de esos cuerpos blanquecinos, juguetones, a la luz de la luna, y balanceándose sin parar.
En 1893, Henri Fantin-Latour pintó al fin un óleo sobre un pergamino, donde aquellas muchachas quedaron petrificadas, teniendo que abandonar sus juegos, fueron castamente vestidas y desaparecidos sus pequeños pechos. Aquello había perdido toda su gracia. Nada tenía que ver con aquel sueño.
Este pergamino duerme en la Galería Addison de Arte Americano, Academia Phillips, Andover, MA.
Cuando ésta cierra, y a la luz de la luna, se oyen risas en la sala y el fantasma de Shumann sale enrojecido por la puerta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario