viernes, 5 de junio de 2015

viaje a etiopía, por encima de la segunda catarata del nilo; que exhibe el estado de este país y sus diversos habitantes, bajo el dominio de mohammed alí; y que ilustra las antigüedades, las artes y la historia del antiguo reino de maroe


Maravilloso libro de George Alexander Hoskins publicado en 1835 en Londres, y que puede encontrarse en la sección de Colecciones Digitales de la Biblioteca Pública de Nueva York, con otras enormes maravillas. Entre los artistas ilustradores, el autor aporta la gran mayoría. Todas las aquí reproducidas son de Hoskins.

George Alexander Hoskins nació en 1802, el segundo hijo de George Hoskins y su esposa Mary Alison, de Liverpool.
Hoskins visitó Egipto y Nubia en 1832-3. No era un egiptólogo, solo un joven educado con recursos. Él conoció a Robert Hay, Francis Arundale, Frederick Catherwood, y José Bonomi. Junto con Bonomi, al que utilizó como artista, visitó Kharga Oasis. La estancia de Hoskins en Egipto aportó el contenido de dos volúmenes: Viajes en Etiopía, por encima de la segunda catarata del Nilo; que exhibe el estado de ese país, y sus diversos habitantes, bajo el dominio de Mohammed Ali; y que ilustra la antigüedades, artes, y la historia del antiguo reino de Meroe (Londres: Longman, 1835) y Visita a la Gran Oasis del desierto de Libia; con una cuenta, antigua y moderna, del oasis de Amón, y los otros oasis ahora bajo el dominio del pachá de Egipto (Londres: Longman, 1837).
Volviendo a Gran Bretaña, Hoskins fue Secretario y Tesorero de la Asociación del Nilo. 

Más tarde viajó por España, escribiendo en 1851 sobre el Museo del Prado. A su juicio, La rendición de Breda era la mejor obra de Velázquez, pero censuraba la ausencia de divinidad en los dioses de La fragua de Vulcano. Alababa a Murillo por su «sublime imaginación», cualidad de la que Velázquez le parecía desprovisto, aunque reconocía que ni siquiera Murillo podía competir con el estilo elevado de los más grandes pintores italianos, como Rafael y ­Tiziano, cuyas obras reunidas en el Museo constituían para Hoskins la mejor colección de pintura italiana del mundo.
Regresó a Egipto en 1860-1861 y escribió Un invierno en el Alto Egipto y el Bajo Egipto (1863), un volumen condenado por un revisor por su estilo pesado y la falta de descripciones interesantes de los monumentos, pero elogiado por su práctica información. 

Murió en Roma 21 de noviembre de 1863. 

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