domingo, 27 de enero de 2019

pastoreo en venezuela

En el populismo no se concibe el espíritu individual como garantía de espíritu colectivo. Por eso necesita sus pastores, sus ganaderos y sus vendedores de muñeca pepona.

En nuestro país la guerra psicológica contra el chavismo ha reunido unas cuantas muestras. Ya las conocemos. Como era de esperar, en estos días han hecho declaraciones de apoyo a la maniobra financiada por Estados Unidos. Utilizan el lenguaje del mercado global en su propio beneficio para bendecir a los que asfixiaron comercialmente a Venezuela, a los que llevaron el hambre hasta las barrigas de un pueblo que ha salido a la calle; hombres y mujeres que parecen sonámbulos y que buscan a tientas el interruptor de la luz.

El hambre es una verdad y en Venezuela, además de una verdad, es una mercancía. Por eso, el capital, manejador de mercancía, financia el populismo de Guaidó, una tendencia que no distingue entre derecha e izquierda y que siempre va hacia la derecha, que es donde quedan los intereses del pastor.

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