Ya es difícil encontrar una mesa libre en la calle Argumosa de Lavapiés. Casi ninguno de sus bares ofrece nada especial, excepto una cerveza no demasiado fría y unas aceitunas o panchitos; pero nadie quiere quedarse en casa y se traga lo que le echen. Aquí nos pusieron un pincho con uvas y una bola repugnante con sabor a chicle de fresa ácida. El sitio es agradable por la fuente vecina. El servicio es bueno, la camarera muy simpática. Le dejo hacer una foto al dibujo.
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