miércoles, 18 de julio de 2018

tomates

Los tomates, Solanum lycopersicum, llegaron de las regiones andinas de América, desde el Sur de Colombia al norte de Chile, de donde son oriundos, por el 1540, traídos por los conquistadores españoles como planta ornamental, pues se consideraban tóxicos. Los mexicanos ya los comían hace 2.500 años. Se extendió primero por Italia y luego por todo el continente. La variedad que llegó era amarilla, por eso en Italia se llama pomodoro, es decir: manzana de oro. También ellos lo introdujeron en Asia a través de Filipinas.

Es una planta herbácea anual o perenne con el tallo erguido y cilíndrico en planta joven, a medida que ésta crece, el tallo cae y se vuelve anguloso, presenta vellosidades en la mayor parte de sus órganos y glándulas que segregan una sustancia de color verde aromática que llamamos verdín, puede llegar a medir hasta 2.50 m, ramifica de forma abundante y tiene yemas axilares. Si al final del crecimiento todas las ramificaciones exhiben yemas reproductivas, estas se clasifican como de crecimiento determinado y si terminan con yemas vegetativas, son clasificadas como de crecimiento indeterminado.Las hojas son compuestas, se insertan sobre los diversos nudos en forma alterna. El limbo se encuentra fraccionado en siete, nueve y hasta once folíolos. El haz es de color verde y el envés de color grisáceo. En tomates más rústicos el tamaño de sus hojas es más pequeño. La disposición de nervaduras en los folíolos es penninervia.​ Presenta inflorescencias que pueden ser de cuatro tipos: racimo simple, cima unípara, bípara y multípara; pudiendo llegar a tener hasta 50 flores por racimo. La flor está formada por un pedúnculo corto, el cáliz tiene los sépalos soldados entre sí, al igual que la corola con los pétalos. El androceo tiene cinco o más estambres adheridos a la corola con las anteras que forman un tubo.​ El fruto es una baya de color rojo, cuyo tamaño es variable. La semilla es de diferentes tonalidades en su color, desde el grisáceo, hasta el color paja de forma oval aplastada.​ La raíz es pivotante alcanza hasta 1.5 m de profundidad.

Es una planta bastante exigente en nutrientes, con una raíz principal corta y una gran “red” de raíces secundarias. Esto debe tenerse en cuenta para planificar las posibles asociaciones y rotaciones de cultivos de tu huerto ecológico. Por ejemplo, el tomate es compatible con plantas poco exigentes y con un sistema radicular pequeño, como: acelga, albahaca, ajo, cebolla, col, escarola, lechuga o puerro. Por el contrario, debes evitar cultivar tomate junto a otras solanáceas como la berenjena o el pimiento, cucurbitáceas como la calabaza o el pepino, o patatas, ya que tienen requerimientos similares y competirán por los nutrientes del suelo y por el agua. Las temperaturas óptimas según el ciclo de vida son: temperaturas nocturnas entre 15 y 18 ºC, temperaturas diurnas 24 a 25 ºC, con temperatura ideal en la floración de 21 ºC.​ Temperaturas menores de 8 ºC detienen su crecimiento. La planta de tomate se desarrolla mejor con alta intensidad luminosa. La exigencia del tomate en cuanto a la humedad del suelo es media. Conviene cultivarlo junto a albahaca o menta, que repelen los insectos que lo atacan.

Ricos en licopeno y glutatión, los tomates son uno de los alimentos con mayores propiedades antioxidantes que existen. Pero además, entre los beneficios que el tomate tiene para la salud se encuentra la reducción de las posibilidades de contraer muchos tipos de cáncer, y que ayudan a mantener las funciones mentales y físicas. Otro de los nutrientes que contienen los tomates es el ácido glutámico, que en el organismo se convierte en ácido gamma-aminobutírico, agente calmante conocido sobre todo por su capacidad para reducir la hipertensión renal. Por sus propiedades relajantes, muchos especialistas recomiendan tomar un zumo diario para combatir el estrés. Además, algunas culturas, como la China, utilizan el tomate como tratamiento natural para diferentes enfermedades y dolencias. 

Actualmente las variedades a la venta son muy pocas, y con no mucho sabor, debido al uso de pesticidas y el abuso de la manipulación genética de la agricultura intensiva, donde solo importa la máxima productividad. Solo gracias a los bancos de semillas y el auge de la agricultura ecológica se ha preservado su diversidad genética.

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