Imagine un escenario diferente al del avión de United Airlines: un banco de un parque público, con un joven negro sentado en él, desafiante, negándose a salir, a petición de los guardias de seguridad. Un oficial de policía groseramente le dice que se vaya, y luego le da un tirón y lo arrastra hacia afuera, produciéndole hematomas en la cabeza y sangre en la boca.
Apostaría a que esto no habría provocado la misma indignación en las redes sociales. Hubiera sido visto como un joven rufián desobedeciendo las órdenes directas de la autoridad. Él no había pagado por ese asiento pero, aunque nadie explique por qué tuvo que irse, tenía todo el derecho a quedarse ahí.
Hemos caído en este cambio de paradigma, en todas las conversaciones sobre derechos de los consumidores del Dr. Dao, la definición exacta de “subir al avión” y si tiene motivos para demandar. La suposición subyacente es la merecida dignidad, pero sólo si hemos pagado por ello.
Cathy O'Neil en Bloomberg
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