Abracé el olivo. Era precioso para mí, así que lo abracé. Sentí que estaba abrazando a mi hijo. Había levantado el árbol como mi hijo. Atacaron a alrededor de 500 árboles llenos de aceitunas. Cada árbol podría haber llenado dos sacos. Destruyeron mis olivos, pero los volví a hacer crecer. Los atendí y volvieron a ser incluso mejores que antes. Los colonos nunca podrán apoderarse de mis tierras. Esta es nuestra tierra, no la de ellos. Seguiremos resistiendo hasta que se acabe el mundo.
Me impactó la foto, luego sus palabras...y, ella sabe que mientras un olivo continúe en pie continuará la esperanza. ¿Será posible?
ResponderEliminarAbrazos
Los olivos viven muchos más años que nosotros (he conocido uno de 3900años en Portugal), son como nuestros ancestros, la memoria de muestro sitio.
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