El Living Room es un pub café para pasar el rato. Dos billares americanos, un futbolín, una máquina de dardos, gente interesante y el cinefórum de los lunes, donde pasan películas de terror gore serie b, pueden ayudar a ello. A veces, también hay charlas interesantes. No es un bar de tapas, es de esos en que la cerveza se convierte en copa.
Ayer vimos Invasion of the bee girl, una historia de chicas abejas asesinas de ojos compuestos negros donde sus asesinados se caleidoscopean en la pantalla antes aparecer fiambres con la boca abierta. El prota es un detective de pelo fijo lacado investigando la muerte de unos científicos en pleno orgasmo.
La chica es esa científica de gafas que sin ellas resulta estar buena; pero la buena buena, como siempre, es la mala. Un poco de moralina con la infidelidad se paga y la monogamia siempre triunfa; pero se puede perdonar gracias a ese final apoteósico de ciencia ficción de tableros de interruptores, chuscas y humo con música de sinte casiotone.
Luego, dibujo el local y a algunos parroquianos como Leticia y Jose, de El Purgatorio Rock & Biker Club, Jesús, y la pareja de terapeutas ocupacionales Nuria y Edgar. Según me cuenta Nuria, se trata de que las personas con una discapacidad psíquica o física puedan llevar una vida independiente y acepten y valoren su potencial. Sólo oyendo su tono de voz y el brillo de sus ojos, sé que lo conseguirá.
El camarero me invita a una birra.
Living Room está en la calle Quevedo 9, Ciudad Real, justo enfrente de la ruina que fuera El Hogar.
El mes que viene, tenemos ciclo de Fritz Lang en el Cinefórum.