lunes, 31 de julio de 2023

valldemossa







San Bartolomé desde la terraza del bar Troya; coca de patata, cuartos y granizado de almendras en Can Molinas, afueras, jardines del rey Juan Carlos y Miranda dels Lledoners.

domingo, 30 de julio de 2023

emersión


Esmalte acrílico sobre cartón de embalaje. Pintado en Mallorca.

sábado, 29 de julio de 2023

lucas en el forn del sant cristo




    En la calle de les Monges esquina Colom, muy cerca de la Plaça Major, se levanta, haciendo esquina, una joya modernista construida en la primera década del siglo XX bajo la dirección de Josep Forteza Rey, que alberga la primera sede de la afamada panadería pastelería con este nombre. Abrió en 1910 y, gracias al éxito de sus ensaimadas, fue abriendo hasta siete locales en Palma y uno en Sóller. El local resulta apetecible por su estética modernista, por su luz, el aire acondicionado y su ambiente tranquilo. Allí dibujo a algunos clientes, entre ellos a Lucas, escritor de teatro que hace años también hacía cuadernos de viaje. Me enseña sus dibujos en el móvil, un viaje a la India, interesante. También pruebo una rejilla de acelgas, que luego comparto con Beni. Enseño un dibujo del local a las camareras. Relajan un poco esa antipatía que lucen los paisanos.

viernes, 28 de julio de 2023

el olivo de plaça de cort de palma




Frente al Ayuntamiento de Palma de Mallorca, en el centro de la Plaça de Cort, se trasplantó este olivo gigante y retorcido que vino de Pedruixella Petit (Pollensa). Su dueño lo regaló al municipio de Palma. Se calcula que tiene más de seiscientos años y que pesa entre tres y cuatro toneladas. Es un lugar de encuentro. Sentados a su sombra, sobre la barandilla, descansan guiris y forasteros. Me bebo una cerveza con cero tapa en una terraza, a dibujar, mientras una chica nos deleita con versiones dulces de canciones famosas.

lunes, 24 de julio de 2023

es trenc




    Ya cumplida la comida y la siesta, me acerco a la pequeña playa de Es Trenc, más coqueta y divertida. Como tiene hamacas y sombrillas, me pongo cómodamente a dibujar, a la espera de que alguien me eche por no pagar, cosa que sólo ocurre cuando echan a todos para recogerlas. Entonces me voy a las rocas para observar todas esas locas siluetas que entran y salen del agua a contra luz. El sol baja y baja y las rocas se llenan de espectadores para ver la puesta, naranja y roja sobre papel plata. Beni y Silvia se acercan paseando al vecino pueblo de Sa Rapita. Están en fiestas. Nos añadimos para visitar el puerto y cenar. Allí conocemos a Nieves, Claudia, Iratxe y Tomás, que hacen fotos del dibujo que les he hecho.

domingo, 23 de julio de 2023

deià









    Subimos y bajamos haciendo curvas por la Tramuntana. Encinas, pinos, algarrobos y viejos olivos, Paramos en el mirador de Sa Foradada para ver la línea de la costa abrupta haciendo espuma contra las rocas. Se le llama así a una península de rocas que avanza sobre el mar como un gusano, y en la cabeza tiene un agujero horadado, como si fueran ojos transparentes. A su lado descansa un velero, el agua es tan transparente que parece que levita. Muy cerca está Deià. Casas color tierra cubiertas de teja árabe entreveradas con vegetación, donde destaca la verticalidad de palmeras y cipreses. Las fachadas de piedra y barro reservan en blanco los marcos de puertas y ventanas. Las más bonitas son aquellas gastadas por el uso y que no huelen a vacaciones ni a turista. A veces junto a una pequeña huerta y un porche cubierto de palmas. Arriba del todo, está la iglesia y el cementerio. Un cementerio pequeñito con pequeñas losas con nombres extranjeros como el pintor Mark K. Heine o el poeta Robert Graves.
    Resulta agradable callejear, pero sobre todo recorrer la casa del poeta como intrusos solitarios cotilleando su cocina, la cama donde reposaba, la mesa sobre la que escribía, pero, sobre todo, todos esos pequeños objetos con los que se rodeaba: cuadernos, lapiceros, cuadros en las paredes, una pequeña escultura etrusca, la lupa, las gafas, la taza de café, los libros, las palancanas del fregadero, las botellas de whisky y de sifón. El huerto y los olivos. 
    Acabamos comiendo ricos calamares y ensalada en la terraza de una trattoría con una camarera simpática.

sábado, 22 de julio de 2023

una pintura para la casa de mar


Huyendo del calor me instalo en el sótano. Pinto con brocha gorda y esmalte acrílico el capó de una furgoneta para colgar en la casa de Mar en Esporles. Me inspiro en la luz, la vegetación y el amor, también de y por los burros.

viernes, 21 de julio de 2023

puerto de sóller




    Una de las peores cosas que te pueden pasar es el puerto de Sóller un domingo en el mes de julio, un segundo Sóller literalmente lleno de bañistas y guiris despreocupados del dinero que los nativos puedan robarles. Puerto y playa a la vez en un reducido espacio que reúne todo aquello en que soñamos mientras apretamos tornillos en la fábrica: sol, playa, barcos de recreo, dos faros, un decorado de montaña con un horizonte vegetal, chicas en tanga, fornidos jovenzuelos llenos de tatuajes, niños juguetones, adolescentes posando para su móvil, terrazas a pie de playa con precios desorbitados, muchas muchas sombrillas y hamacas y aparatos inflables para llenar de color el agua, mosquitos agarrados a los tobillos, tiendas de pequeños objetos inútiles y también sombreros, calor y más calor, alguna palmera, un parking de varios pisos por un módico precio, un tranvía de madera llamado deseo, paella o arroz negro y, finalmente, una televisión de miles de pulgadas donde ver al jovencito Alcaraz derrotar al engreído negacionista Novak. Desde el auto en el que trabajo como taxista, tras el cristal, pienso en este mundo. Ellos lo aguantarán todo, pero nosotros no. Nosotros sobramos. El cambio climático, todos estos horribles efectos que ya está causando, creará una nueva especie morena y en tanga que hará una vida anfibia entre el agua y la arena, con una seudopellica protectora del 50 y que se alimentará básicamente de paella y ensaimadas. Creo que no sobreviviré.

jueves, 20 de julio de 2023

el myotragus balearicus




   Cuando Mallorca quedó desgajada del continente, las especies animales y vegetales que la habitaban comenzaron una peculiar evolución. Uno de los casos más notables fue una especie de antílope enano, conocido científicamente como Myotragus balearicus, que significa "cabra-rata" en griego. Fue identificado por primera vez en 1909, por la paleontóloga inglesa Dorothea Bate. Se trata de una especie desconocida en todo el mundo, excepto en Mallorca y Menorca.
    En estas islas, el Myotragus realizó una evolución entre 6-8 millones de años. Por efecto de la insularidad y de la ausencia de animales depredadores, cambió progresivamente la ubicación de los ojos, que acabaron en una posición más frontal que lo habitual, el número de sus dientes se fue reduciendo, así como el tamaño de sus patas y su flexibidad.
    Cuando el hombre llegó a Mallorca, era un animal de unos 12 kilos y 60 centímetros de alto, había perdido su capacidad de correr, saltar o hacer movimientos en zig-zag, su silueta recordaba a la hiena y no estaba acostumbrado a la presencia de enemigos. Por eso se convirtió en presa fácil para los primeros hombres, que lo convirtieron en su base principal de subsistencia. En Son Matge aparecieron huesos con marcas de haber sido descarnados. Igualmente la existencia de coprolitos (excrementos fosilizados) es interpretada como un indicio de la existencia de establos para su cautividad. En Muleta, miles de estos animales colmataron las salas inferiores de la cueva.
    Como consecuencia de ello, acabó extinguiéndose alrededor del 2200 aC. Hoy, para conocerlo tenemos que recurrir a los huesos y reconstrucciones que se exhiben, por ejemplo, en el Museo Arqueológico de Deià.
    Otros animales endémicos de Mallorca, como el Nesiotites (pequeño insectívoro) o el Hypnomys (un roedor de reducido tamaño acabaron desapareciendo ante la presencia en la isla de especies introducidas por el hombre, como la cabra o la rata.

Guía arqueológica de Mallorca, de Javier Aramburu, Carlos Garrido y Vicenç Sastre. La Foradada, Palma de Mallorca 2007

miércoles, 19 de julio de 2023

jujol y barceló

En 1914, mucho antes de que los surrealistas celebraran los "objets trouvés", Jujol buscaba en los vertederos objetos que lo inspirasen, como la polea que convirtió en una aldaba con forma de pez en la Casa Bofarull. Sus esculturas en relieve y sus pinturas inacabadas en la catedral de Mallorca sedujeron sobremanera a Barceló, mucho antes de empezar su propio proyecto. -Dore Ashton en Miquel Barceló, la capilla. Galaxia Gutemberg. Barcelona 2011

martes, 18 de julio de 2023

cantera, junto al mar, de ses covetes


    No entiendo esa costumbre de tostarse bajo el sol rodeados de humanos casi desnudos que, poco antes de morir, se meten al agua salada, caliente como una sopa. Supongo que es algo heredado de nuestros ancestros, una especie de sacrificio a los dioses, una preparación ceremoniosa para ser engullidos. Afortunadamente, consigo escapar del rito y huyo a la morada de los dioses: la cantera abierta de marés, una locura de piedras cortadas con escuadra y cartabón, geometría pura que el mar y los vientos poco a poco humanizan.

lunes, 17 de julio de 2023

en casa de mar por la mañana temprano


    Después de una noche calurosa viene una mañana fresca y radiante, llena de regalos. Me siento en el porche maravillado por tanta vegetación y saco las acuarelas. El sol intenta salir por el otro lado de la casa, bajo pinos y encinas. Enfrente una gran piscina de agua turquesa, y más allá está el pueblo, pequeñito, entre las laderas de las montañas, como hundido en un socabón verde. Temprano llega Encarna con sus ojos azules y su sonrisa permanente. Desayuno leche fría con una pequeña ensaimada. Hago unos cuantos largos en la piscina y buscamos la sombra de un árbol para pintar. Recorremos las terrazas hechas de muros de piedra gris, con toques marrones, rojizos. Los algarrobos gigantes, ya viejos y retorcidos, dan la mejor sombra. Mar me enseña la casa de árbol que hizo para sus hijos. Éste es el sitio, bajo este árbol.

domingo, 16 de julio de 2023

llegar a la isla









    El piloto nos mete prisa. Hay que acomodarse lo antes posible si queremos salir a tiempo. Los móviles echan humo. Los últimos mensajes. Subimos a un cielo limpio de nubes. Mi compañero, jovencito, lo graba todo. Apenas leo tres capítulos de Meridiano de sangre, aunque da tiempo a que mueran decenas de mexicanos. En el aeropuerto infinitos pasillos siguiendo las flechas de salida. Se ha hecho de noche. Nuestro móvil nos lleva por caminos entre pinos y carreteras negras con líneas brillantes. Una robot nos va indicando.
    Por fin llegamos a Esporles. La carretera se ha cubierto de sombras de plátanos crecidos a ambos lados. A la derecha han encauzado una rambla con unos pequeños puentes en el inicio de las calles. Esperamos a Mar subidos a una ancha acera solada con piedras. Las fachadas de las casas son de color tierra, de las que sobresalen los marcos blancos de yeso de puertas y ventanas. Ella nos lleva por callejuelas sin aceras y luego por un camino asfaltado lleno de curvas y embutido entre muros de piedras. Es tan estrecho que solo cabe un coche, al igual que las calles que hemos recorrido. Pareciera que no existen los peatones en esta isla. Una cancela hecha de maderos retorcidos se ilumina delante. Mar aprieta algún botón y la falsa puerta rústica se abre automáticamente.
    La casa es mayor de lo que se podría esperar. Rodeada de pinos, almendros y algarrobos gigantes. Los aspersores mojan el césped. Bajamos las maletas mientras ella mete el coche en un sótano escondido. La piscina refleja las estrellas. Nos saca un rico salmorejo con aguacate, bien frio. La casa tiene demasiada presencia como para mantener una conversación cotidiana. Nos iremos acostumbrando.

sábado, 15 de julio de 2023

rafa pérez























Rafa Pérez nace en 1953 en Haro, La Rioja. Ha expuesto en diferentes ciudades españolas, en Bruselas, Oporto, Londres, Atenas... La característica distintiva de su trabajo es el uso aparentemente práctico de materiales y métodos cerámicos para disipar en lugar de reforzar el sentido de la cerámica como disciplina. La arcilla es sin duda el componente material central de su trabajo, pero se utiliza de tal manera que hace problemática la distinción entre cerámica y pintura, escultura o incluso performance. Pérez orienta su actividad dentro de los límites de la física y su transgresión de lo tradicional.

Mi trabajo consiste en sorprenderme a mí mismo y al público, utilizando porcelana blanca y loza negra cocidas a alta temperatura. La loza negra se expande, creando así un paisaje volcánico. No es solo un paisaje natural, porque está dirigido por mí. He creado los recortes desde el principio, pero aún así el aspecto de sorpresa siempre está presente, porque lo que sucede en el horno es impredecible

CeramicsNow