En cuanto al primer grupo, el compuesto por figuritas y silbatos, hay que destacar la variedad de tipologías que han aparecido, destacando figuras de caballos, silbatos con o sin figuras adosadas, además de otros animales como serpientes o animales acuáticos y figuras humanas femeninas, ya cristianas. Si atendemos al grupo formado por cacharritos o vajilla en miniatura que imita los ajuares domésticos, se puede observar que aparecen representadas todas las tipologías: para cocinar, almacenar, preparar (queseras), vasijas para la mesa e incluso útiles para la casa como los candiles o cestas. Se trata de una reproducción fiel en cuanto a técnica y forma de lo que en mayor escala sería cada uno de los elementos.
La tradición de hacer pequeñas piezas con forma de animales es anterior al periodo hispano musulmán y se pueden encontrar figuras similares en todo el área Mediterránea, desde el periodo prehelénico a la antigua Grecia. En la etapa islámica hay ejemplos tanto de estas figuras animales usadas como juguete como con silbato adosado para poder emitir sonidos. Entre las figuras animales encontramos ejemplos de piezas con representación de osos puestos en pie con las patas delanteras cruzadas sobre el pecho. Se trata de figuras elaboradas de forma muy sencilla a partir de un cilindro de barro que se estira y pliega hasta generar las formas buscadas. Presentan unos rasgos apenas esbozados en los que destacan especialmente los ojos incisos con contorno resaltado. El silbato se sitúa en la parte baja trasera de la pieza, en dirección ascendente. Los ejemplos encontrados en la Alhambra están realizados en una pastas de tonalidades claras, blancas y anaranjadas.
Los caballos se realizaron de una forma esquemática, con detalles anatómicos muy simples y siguiendo el modelo de los caballos árabes de pequeñas proporciones. Están modelados de manera manual y en algunas de las piezas incluso están presentes las huellas digitales de la persona que las elabora, al ser objetos populares y no recibir en muchas ocasiones ningún tratamiento de alisado o acabado posterior. En algunos de los equinos solo se resaltan los rasgos más distintivos del animal, como cabeza con crines, cuerpo y unas patas simples que no son mas que apéndices cónicos. En muchas de estas piezas son llamativos los ojos, realizados mediante una aplicación circular en relieve que hace que destaquen especialmente. El silbato está incorporado en la culata del animal en dirección ascendente. La forma tubular de estas figuras prolonga la caja de resonancia haciendo que el pitido sonara más agudo que el de otro tipo de piezas de mayor tamaño o más globulares. Algunos van pertrechados con arreos y montura y cabalgados por un jinete también modelado de forma elemental.
También los hay con forma de gallo. un modelo que debió tener gran popularidad, a juzgar por las numerosas piezas similares encontradas, no solo en Granada sino también en otros lugares como Almería y Jaén; pequeñas jarritas con máscara humana de un varón barbudo. Los silbatos de agua tienen un contenedor que se rellena con una pequeña cantidad de líquido y al soplar por la boquilla emiten un burbujeo similar al canto de los pájaros.
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