Los delatores legítimos que denuncian irregularidades incuestionables, ya sea de adentro o de afuera, merecen la inmunidad como retribución del gobierno, y punto.
Ha habido una erosión completa de las normas éticas, que en última instancia conduce a un sistema novedoso que todavía llamamos capitalismo, pero que es equivalente a la esclavitud económica. En este sistema, los esclavos no son conscientes de su situación y la de sus amos, que están en un mundo aparte, donde los grilletes intangibles son cuidadosamente ocultos entre resmas de jerga legal inalcanzable. La magnitud horrible de perjuicio para el mundo debe pillarnos despiertos. Pero cuando se retiene a un denunciante para que suene la alarma, es motivo de preocupación aún mayor. Esto señala que los controles y equilibrios de la democracia han fallado todos, que la ruptura es sistémica, y que la inestabilidad severa podrían estar a la vuelta de la esquina. Así que ahora es el momento para la acción real, y que comienza con preguntas.
Manifiesto de John Doe, responsable de la filtración de los Documentos de Panamá
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