miércoles, 4 de mayo de 2011

cambio
























Cambio de casa. Cambio de pueblo. Cambio de paisaje. Cambio de gente.
Con las lluvias y el goteo, el patio está impresionante, verde ácido. Los caracoles son felices con el festín.
Planto las grasas que me traje del Cabo de Gata y las pongo al soletón. Las tórtolas han vuelto a ocupar el nido de la robinia y tienen dos tripones grises y temblones.
Voy a la huerta. Está en todo su esplendor. Los árboles han agarrado con las lluvias, las lechugas están grandes, las habas tremendas. Tranqui mató, jugando, tres pollitos y a la Tuna sólo le queda uno blanco. Da gusto ver paseando a la madre y el hijo. Las otras dos gallinas están poniendo huevos, mientras el gallo americano vigila hinchado.
Cojo cebolletas, una lechuga, habas tiernas, cilantro y acelgas. Me como las habas crudas, están fuertes y ricas. Aquí se está de maravilla. Ceciclia lava a mano las mantas para guardar con el agua del pozo. Repaso los frutales, ya hay melocotones y cerezas verdes. El almendro tiene un montón de almendrucos. Esto está vivo, rebosante. Creo que empieza otra época. Tan buena como cualquier otra.

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