Foto de Marta Maroto para eldiario |
De ser un barrio marcado, pasó a ser querido por su multiculturalidad, su arte y su actividad política. Sin embargo, ahora todo ha cambiado y Lavapiés ha dejado de ser Lavapiés. No hay una fecha concreta de cuándo empezó a gentrificarse, los vecinos más veteranos se remontan a 1997, con los planes públicos de rehabilitación. Otros lo sitúan en los cinco últimos años, cuando la sustitución de comercios tradicionales por franquicias, de viviendas por AirBnb y de familias por turistas lo ha hecho evidente. Las familias se han ido y ahora solo hay gente con perros. Mis vecinos y amigos ya no están, la gente llora todos los días porque le echan de su piso. Y no es que te echan del piso, es que a dónde vas. Hay gente que está en la calle porque las condiciones que ponen para alquilar los pisos son inasumibles para las familias… Es inhumano, es inhumano lo que están haciendo. Nosotros no queremos continuar, nos quitan el contrato y estamos cansados. No vamos a estar en un sitio en el que no quieren que estemos.
El restaurante Baobab se abrió cuando Lavapiés todavía no era el barrio más cool del mundo y para alquilar un piso se evitaba mencionar su nombre estigmatizado. Eran las mismas recetas, raciones abundantes y precio económico que le convirtieron en punto de encuentro. Pero el público era solamente africano, vecinos y comerciantes que venían de todas las provincias de España a las tiendas al por mayor instaladas por aquel entonces en el barrio. La Policía hacía redadas casi a diario, sacaban a la gente a la calle con el plato de comida y le pedían papeles. Dejaron de hacerlo cuando entre los comensales dieron con el embajador de Senegal, que denunció lo que ocurría.
Que lastima!
ResponderEliminarEsto me encontré, que ya éramos parte de una ciudad de vacaciones.
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