A veces nuestro coco nos regala unas imágenes fulgurantes que no sabemos de dónde vienen, como esos flashes que aparecen en las películas para explicar el presente. Así también se me aparece la propia vida que me rodea en el ahora, detalles que nos dan pistas sobre la naturaleza de nuestros congéneres: distintas generaciones de charla, gatos tras las ventanas, alguien que me hace la pizza que me voy a comer, risas en los bares, gestos cansados en el transporte público, ángeles disfrazados, familias en las que invento los roles, camareros aburridos, mendigos, adolescentes pensativos... Saco mi cuaderno de bolsillo y, sin apenas mirar el papel ni levantar el bolígrafo, trato de retenerlos. No sé por qué. Quizás porque noto que calan en mí, que serán esos flashes fulgurantes que no sabemos de dónde vienen.
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