jueves, 23 de noviembre de 2017

los faroles de tomás



Nunca antes me había atrevido con este bar a pesar de ser un clásico entre los clásicos. Y ello se debe a que es tan pequeño, el más pequeño de Ciudad Real, que solo tiene una pequeña barra, tan pequeña que la campana del café la cubre totalmente, y ninguna mesa. Hay que atreverse a mirar al jefe cara a cara y que aguante. Hubo suerte.

Viven de su terraza cerrada en plena Plaza del Pilar, el centro de la ciudad. Ha sido famoso por sus bocadillos y por ser el lugar de encuentro de la gente de los pueblos. Aunque ha cambiado de dueños y ha sido remozado, mantiene elementos del pasado que recuerdan el antiguo Los Faroles. Tiene cocina donde se fabrican ricas tapas calientes y el retrete más pequeño del mundo.

Me invitan, por el tiempo dedicado dicen.

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