Pilar Adón en su relato La primera casa de la aldea, incluido en La vida sumergida. Galaxia Gutemberg 2017.
lunes, 20 de noviembre de 2017
el peso
Las fieras han de trabajar al menos cinco días a la semana y tener una o dos jornadas de descanso para volver cada lunes a retomar sus obligaciones con cierto agrado. Han de considerar que su paso por esta tierra es transitoria y que lo mejor que pueden hacer por los demás es dejar algo útil tras de sí: un hijo, una fábrica, un recuerdo feliz. Y estas cosas solo se consiguen con buena voluntad y con un esfuerzo continuado. Sí, un esfuerzo... La palabra más significativa que conozco. El esfuerzo de levantarse todos los días con el sol para observar, a través del mosquitero, cómo los coches siguen circulando espaciadamente por la carretera. El esfuerzo de preparar plato tras plato para mantener la máquina en funcionamiento.
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