El Fenómeno de Taganana vivía en una cueva grande y tenía un solo ojo en la frente. Y todo Tenerife fue a verlo. A la cueva le llevaban comida y vino.
He aquí ahora el nuevo fenómeno de la isla: El Godito del Teide. Vienen las familias a la habitación a que enseñe mi válvula. A cambio les hago un retrato.
Sergio y yo nos reímos con estas historias.
Ellos nos cuentan que somos godos especiales, que ni hablamos como ellos ni somos tan gilipollas. E imitan esa forma de hablar seca y violenta que tenemos. Ellos son canariones, gomeros, chicharreros, conejeros o yerreños, y nosotros godos.
La madre de Sergio invita a Beni a dar una vuelta por el centro. Su tía colocada dice que no le gusta llevar a ningún desconocido. Finalmente se van. Entra en escena Jose el gomero conductor de guaguas. Suele decir que unas cosa bien y otras cosa mal, y yo me río porque Sergio tiene razón cuando dice que nunca se moja. Al reirme de un gomero, me siento chicharrero. Buscar un enemigo común, me parece entrar en la senda del nacionalismo.
Ellos nos cuentan que somos godos especiales, que ni hablamos como ellos ni somos tan gilipollas. E imitan esa forma de hablar seca y violenta que tenemos. Ellos son canariones, gomeros, chicharreros, conejeros o yerreños, y nosotros godos.
La madre de Sergio invita a Beni a dar una vuelta por el centro. Su tía colocada dice que no le gusta llevar a ningún desconocido. Finalmente se van. Entra en escena Jose el gomero conductor de guaguas. Suele decir que unas cosa bien y otras cosa mal, y yo me río porque Sergio tiene razón cuando dice que nunca se moja. Al reirme de un gomero, me siento chicharrero. Buscar un enemigo común, me parece entrar en la senda del nacionalismo.
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