Contrarrestando esta visión de la no violencia del Sermón del Montaña, me he encontrado a menudo con cristianos que han defendido la guerra justa, junto con otras formas de violencia justificada, señalando la acción de Jesús en el templo. El hecho de que Jesús volcara mesas y expulsara a la gente del recinto del templo con un látigo se considera una prueba de que las palabras de Jesús en el Sermón no deben tomarse en forma literal. El argumento es básicamente el siguiente: si Jesús violó sus propias enseñanzas en el Sermón al actuar violentamente, ¿no deberíamos hacerlo nosotros también?
Siempre me ha parecido que apelar a la acción de Jesús en el templo para justificar la violencia letal es una exageración, pues fue sólo una protesta. El punto es obvio: Jesús no mató a nadie en el templo. Es cierto que las acciones de Jesús podrían interpretarse como "violentas", pero esa violencia no implicó el derramamiento de sangre. En consecuencia, es problemático utilizar la supuesta violencia de la acción en el templo para justificar un asesinato. —Richard Beck en Teología Experimental
Siempre me ha parecido que apelar a la acción de Jesús en el templo para justificar la violencia letal es una exageración, pues fue sólo una protesta. El punto es obvio: Jesús no mató a nadie en el templo. Es cierto que las acciones de Jesús podrían interpretarse como "violentas", pero esa violencia no implicó el derramamiento de sangre. En consecuencia, es problemático utilizar la supuesta violencia de la acción en el templo para justificar un asesinato. —Richard Beck en Teología Experimental
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