Creo que el espíritu de nuestro tiempo ha cambiado mucho comparado con el de antes de la pandemia. Todos nos hemos dado cuenta de cómo cambió nuestra ciudad sin coches en la calle, durante el confinamiento. El aire estaba más limpio, aparecieron nuevos olores que antes no percibíamos... incluso nos parecía que las calles eran más anchas, con un montón de espacio para hacer cosas. Notamos que cuando salíamos en bicicleta, sin coches, avanzar por la ciudad era placentero, seguro y rápido.
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