viernes, 19 de abril de 2019

en busca del chopo ilicitano









El álamo o chopo ilicitano. populus euphrática, se pensó era una variedad autóctona de Elche, pues solo se conocían ejemplares aquí y en Abanilla. Hoy sabemos que es una variedad que crece en las orillas del río Eúfrates, por extensión el suroeste de Asia, de ahí su nombre científico, y que seguramente fue traído por los árabes a sus huertas levantinas. De la familia de las salicáceas, es un árbol de ribera muy resistente a suelos secos e incluso salinos. Raramente llega a los 20 metros de alto, y en los alrededores de Elche no superan los 8 metros. Su corteza lisa se va abriendo con el tiempo. Se ramifica desde la base del tronco, dando lugar a grandes arbustos. Sus hojas lampiñas, raramente pubescentes, son coriáceas y glaucas. Las nuevas de la parte inferior del árbol tienen forma lanceolada, y las de la parte superior, son dentadas o aserradas con dientes agudos (pueden verse en la foto superior). Aquí florece en marzo y abril. El fruto es una cápsula ovoide.

El chopo ilicitano de La Glorieta. Foto: diario Información
Ramón me lleva temprano en su coche de campo. Llegamos al camino del pantano, donde, bordeando la acequia, hay una fila de ejemplares medio secos y retorcidos, debido al abandono a que están sometidos. Está claro que han sobrevivido, aunque muy deteriorados, solo gracias a su resistencia a sequías, encharcamientos y salinidad del agua. A nadie les interesa, y están constantemente expuestos a la corrupción de las aguas de la Acequia Mayor. Su extinción está cantada. Existe, además, un problema para su reproducción, y es que todos los ejemplares de Elche son femeninos, por lo que solo es posible reproducirlos asexualmente a través de sierpes (brotes de raíz); es decir: solo es posible conseguir clones, sin desarrollo genético. De esta manera se consiguió un ejemplar, este bien cuidado, con 35 años, 10 metros de alto y buena salud, en la Glorieta, candidato a ser Árbol del Año 2017, y otros dos en la cerca del Hotel del Huerto del Cura.

Ramón, muchas gracias.

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