Foto: Mari Carmen Sepúlveda |
Se ha paseado a Santa Bárbara, patrona de los mineros, como el símbolo de una epopeya, entre los vestigios de un poblado fantasma y las cenizas de la odisea apasionante de los forjadores de Puertollano.
Mariano Mondéjar, historia viva como sacerdote de Asdrúbal entre 1960 y 1972, y último párroco hasta el cierre de las minas, ha celebrado una homilía a la que se han sucedido poemas y recuerdos a los mineros desaparecidos.
Tañido de lejanos domingos mineros. Añoranza de tiempos y personas. Fuimos aquí desgraciados, felices, esperanzados, desesperados. Aquí fuimos y seremos siempre nosotros mientras estas ruinas nos devuelvan, como una resonancia abisal, el eco de esa extraña canción marinera, tranlaralará, tranlará, cantada por sombrías tripulaciones en las entrañas de la tierra.
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