El primer visitante europeo en publicar un relato sobre Quiriguá fue el arquitecto y artista Inglés Frederick Catherwood, que llegó a las ruinas en 1840 acompañando a los propietarios, y que jamás las habían visto. Con un tiempo muy adverso, logró dibujar dos de las estelas. El explorador y arqueólogo Alfred Maudslay hizo la primera limpieza, registros fotográficos, moldes de las escrituras jerogíficas y un registro de las principales esculturas. En 1910, la United Fruit Company recibió Quiriguá y toda la tierra en los alrededores para la producción de plátano por intermedio de una generosa concesión otorgada por el gobierno del entonces presidente, licenciado Manuel Estrada Cabrera. La frutera reservó treinta hectáreas alrededor del centro ceremonial y las clasificó como parque arqueológico, dejando así una isla de selva entre las plantaciones. Fue uno de los primeros sitios arqueológicos mayas que fue intensamente estudiado, aunque no se realizó mucha restauración y las ruinas se cubrieron de selva nuevamente. En 1962, según relatos de visitantes estadounidenses, solo podía visitarse a través de la United Fruit. En 1970 se declaró Parque Arqueológico Nacional. Del 74 al 79 se excavó la acrópolis y se limpiaron los monumentos. Poco después quebró United Fruit Co. y se reorganizó como Chiquita Brands International. En 1981 se declaró Monumento de la Humanidad. En 1999 la UNESCO aportó una donación para la rehabilitación del sitio arqueológico. Actualmente está abierto al turismo, con un museo, aparcamiento e instalaciones sanitarias.
La foto, datada en 1883, corresponde a uno de los registros fotográficos del inglés Alfred Maudslay, que quedó profundamente impresionado con este yacimiento, ya que fue su primer encuentro con la cultura precolombina. En este caso se trata del Zoomorfo B, una roca de varias toneladas y cuatro metros de largo esculpida con medio cocodrilo y media bestia de montaña y dedicada en 780 por K'ak' Tiliw Chan Yopaat. El texto jeroglífico del monumento se compone únicamente de glifos de figura entera. Se encontró con restos de pigmento rojo y una ofrenda con siete láminas de sílex de entre 14 y 46 cm de longitud.
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