martes, 6 de septiembre de 2011
viaje a lanzarote
Ya está bien de viajes en el pasado. Hoy me levanto hoy, y tempranito para dibujarme el mapa de mi destino y así empezar a conocer los pueblos, las playas y otras curiosidades de la isla. Luego nos vamos a pillar el bus a Atocha. En 35 minutos estamos en el aeropuerto. Unos bocatas y derechos al avión. Leo una guía del 95. Esto es un mercadillo, se vende de todo. Deseando llegar para ver los volcanes desde arriba. Son como guás hechos arriba de unos montículos. Todo terroso, como oxidado. Atravesamos la isla y luego se pica al mar océano para dar la vuelta. Impresiona, y es que el aeropuerto está a nivel del agua.
Nos espera el del coche. Por 105 euros lo tienes para ocho días y te ahorras el bus. Todo pelado. Cactus y palmeras como mucho. Lava reciente, abrupta como en la carretera que sube al Etna. Gravilla color óxido o negruzca de la que salen viñas. La Geria le llaman. Cepas entre vallas de piedra volcánica, rectas o en semicírculos. De perfil, estas montañas peladas y puntiagudas parecen pirámides en medio del desierto.
Llegamos a Playa Blanca. Vemos a Miguel Ángel en la farmacia. Nos deja las llaves de su casa. Paseo por las playas. Enfrente, Fuerteventura entre la niebla. Un poco más alta y más definida, la Isla de los Lobos, Parque Natural. Esperamos para cenar todos juntos. Ceviche y alambre, Perú y México, con un poco de Chile.
Café y paseo por el pueblo mientras Miguel Ángel nos cuenta de la vida en esta pequeña isla.
Peaso cuaderno!
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