Paseamos al borde del río Jarama siguiendo el Real Canal desde la finca de La Boyeriza, al norte de San Martín de la Vega, hasta el Gran Derrumbamiento, a la altura de la desembocadura del Manzanares, en dirección sur-norte. Al este, la vega del Jarama, con cultivos principalmente de maíz; al oeste, los acantilados y barrancos que limitan la vega, donde aún quedan restos de trincheras y búnkeres, que ya vemos desde el Barranco Segundo (El búnker de La Marañosa está entre éste y el Barranco del Toro). Estamos atravesando el escenario de la Batalla del Jarama, la primera batalla moderna de la Guerra Civil.
Escenario de la Batalla del Jarama. Está marcado el búnker de La Marañosa. |
El paseo es llano y lineal, sobre un camino de buen firme y acompañado de grandes árboles de ribera centenarios, especialmente álamos negros y blancos, y viejos olmos de hojas recias. También algún grupo de acacias y ejemplares sueltos de plátano, taray y saúco.
Al poco de pasar la presa, hay una zona donde los acantilados han colapsado sobre el camino, por lo que hay que seguir una senda alternativa que nos permite elevarnos y ver el hermoso paisaje de la vega plagado, en esta zona, de árboles y lagunas (provocadas por la extracción de áridos por debajo del nivel freático), y el hermoso encuentro del río Manzanares con el Jarama.
Es difícil seguir un circuito para volver al inicio sobre los acantilados, pues los caminos son retorcidos y laberínticos, y no sabemos qué zonas habrá valladas en las proximidades del Instituto Tecnológico La Marañosa; por lo que decidimos volver sobre nuestros pasos y tomar un refresco en La Cantina, desgraciadamente cerrada.
12,680 km. Avistamos un faisán, patos, garzas, milanos y un zorrillo juguetón acostumbrado a los humanos.
Por ahí anduve yo alguna que otra vez en bici, al hombro donde el derrumbe, claro, en el tiempo en que viví en Arganda del Rey, incluso tal vez ya pasase cuando aún vivía en Ciempozuelos, que pilla algo más lejos pero tampoco demasiado. Recuerdo el monumento a las brigadas internacionales, en lo alto de la carretera entre Morata y Arganda, y un cartel muy bizarro sobre la semana santa local no muy lejos de allí... Un saludo.
ResponderEliminarAhora está hermoso con tanto color en sus árboles. Un saludo
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