Es quizá la cafetería y pastelería
La Rosa el lugar donde mejor se sienta el recién llegado forastero a Alcázar de San Juan, cuando descubre que es la calle Castelar donde se hace la vida social. Aquí amigas, hermanas y matrimonios jóvenes y mayores hablan de sus cosas sin miramientos. Mientras una de ellas se queda con el niño, la otra pide en la barra dos cafés con leche y algunos pasteles. Las camareras tienen esos gorritos reposteros que recogen el pelo y les dan un aire profesional. A veces puede que haya alguien esperando que se vacíe tu mesa; pero es tan joven aún que se queda embelesada en tu quehacer y te sonríe cómplice como diciendo:
no te preocupes, prefiero que acabes el dibujo.
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