viernes, 11 de agosto de 2017
el diario de jack el destripador
Un grupo de investigadores británicos cree haber desvelado la verdadera identidad de Jack el Destripador gracias a un diario de la época descubierto hace 25 años. Las memorias pertenecen a un mercader de algodón de Liverpool llamado James Maybrick, que confiesa en 9.000 palabras el asesinato de cinco mujeres en Whitechapel y de una prostituta de Manchester. El texto, que corresponde al año 1888, termina con la siguiente declaración: “Doy el nombre por el que todos me conocen, para que la historia pueda saber lo que el amor hace con un caballero. Verdaderamente, Jack el Destripador”.
Desde su publicación en 1993, los investigadores especialistas en el caso, liderados por Bruce Robinson, han estudiado el volumen a fondo al dudar de su autenticidad, hasta que ahora han encontrado pruebas convincentes que confirmarían que el texto es real. El diario fue presentado por un vendedor de antigüedades llamados Mike Barret, el cual afirmó que obtuvo el diario a través de una amigo de la familia llamado Tony Devereux. Este último, murió poco después de habérselo entregado, sin poder confirmar la procedencia del diario, cosa que hizo dudar más a los investigadores sobre su autenticidad.
Según Robert Smith, el escritor que publicó las memorias sobre el caso en su momento, fueron tres trabajadores de una empresa eléctrica llamada Portus & Rhodes Ltd, y no Tony Devereux, los que encontraron el documento mientras hacían una renovación en una enorme casa situada en el suburbio de Merseyside en Aigburth (Liverpool) en la que habría vivido MayBrick. Los operarios fueron los que encontraron el documento y contactaron con Mike Barret, que era por entonces un personaje conocido en los bares de Liverpool.
El mismo día en que Barret recibió el diario, se puso en contacto con la agente literaria Doreen Montgomery. Tras la publicación, muchos han dudado de la autenticidad de las memorias al pensar que podría haber sido Barret el propio escritor. Esta teoría adquirió más sentido cuando el mismo Barret, en 1995, afirmó en una confesión jurídica haber escrito todo, aunque posteriormente se retractó de la confesión. Smith señaló que Barret no sería capaz de hacer una falsificación tan sofisticada en la que aportaba muchos detalles que solo podrían ser señalados por el propio asesino. Siempre ha mantenido la teoría de que fue escrito entre 1888 y 1889, poco antes de que James Maybrick muriera. La mayor evidencia es que, según las investigaciones de Smith, los tres electricistas encontraron el documento en la habitación dónde dormía el presunto asesino.
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