En el mercado compro, muerto de envidia, dos besuguitos y una minibarbacoa como las de Alcácer, pan y quesos varios. Visitamos las playas de Porto Covo. Se pone a llover y nos vamos a comernos a casa los besugos. Veo como el Real Madrid gana al Bayer Leverkusen mientras Beni lee. A última hora sale el sol, y nosotros. En los acantilados nos sentamos a ver su fin.
Las casas son pequeñas, de una planta y con patio. Detrás de las ventanas se ven siluetas delante de la tele. Los cielos rasos son de vigas de madera y carrizo. Compramos unas cervezas al hombre que vende vino de garrafa todo el año. Unas tapas de chorizo que saben a callos en el Don Carlos, en el camping. Hay poca gente en las calles. Recogemos semillas de Ricino y otra extraña planta con un fruto parecido.
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