miércoles, 31 de octubre de 2012

la cala de los toros






En el Parque Natural del cabo de Gata, un poco antes de llegar al Mirador de la Amatista y viniendo de la Isleta del Moro, sale un sendero de tierra rojiza hacia el mar que acaba en un barranco con pinos y palmeras: el Barranco del Negro. Siguiendo la bajada se acaba en una cala pedregosa y abrupta donde sólo puede bañarse uno con zapatillas, o en los pilones que forman las rocas en la pared de la derecha, donde está la famosa piedra separada del acantilado que se ve desde el mirador. Un lugar alejado del mundo.

cala del plomo, en el cabo de gata


Dibujos de nuestra estancia en octubre de 2009

lunes, 29 de octubre de 2012

último domingo en mestanza





El gallo de la tía María da un concierto de trompeta desafinada y con sordina. Aún aguantamos en la cama mientras el viento golpea las persianas. Se ven hongos sin buscarlos, dicen. El cura alarga la misa como un chicle y los fieles llegan muy tarde a ser parroquianos de Los Arcos. Todos se acercan a los setenta y piden sin, claras y fantas de mirinda. La noticia en El Duende es el cazón.
Después de la siesta, paso la tarde en Los Arcos, donde el tema es una comparativa con Solana. No hay gente para siete bares, dicen, y eso que está el retén, que alimenta a dieciocho o veinte familias. Vienen algunos forasteros de las monterías, todos de verde. Y otros en relación, como los Chumaqui y Juan el de los perros, también de verde. Manolo es un incondicional, con la cara enjuta y surcada, los ojos marcados, el pelo sucio y pegado a la calavera. Casi tan habitual como el Sordo. Allí están siempre con los toros en la tele o el canal de caza.
La juventud: la peluquera con el panadero, la hija de Fernando y Míguel con la pati larga.
La chavalería como locos con el móvil, aprovechando la WiFi, sin beber nada.
Fernando me convida al café, el digestivo de limón y los secos que les traen de Bolaños.
Cuando salgo, ni Dios en el Calvario, ni príncipe enranado en la calle Real, ni un rano en el Charco, ni una luz en las ventanas. En la casa ya han encendido el brasero y pasan la tarde mirando la caja luminosa. Beni pide leche con miel y la Antonia se pone una redecilla en el pelo para dormir, como si de otro siglo se tratara.

domingo, 28 de octubre de 2012

esperando en daimiel

En Daimiel, espero la viajera de Madrid. Sentado en la acera dibujo la harinera y en la terraza de un bar el edificio de viviendas de Miguel Fisac. Cuando el autobús llega ya me he olvidado de todo, como si hubiera estado en trance.

sábado, 27 de octubre de 2012

la hora del truque

La lluvia empapa el manto verde y, a pesar de las voces del truque, es más tristeza que otra cosa, dulce tristeza. Algunos esperan esas bolitas blancas, pero para eso haría falta un poco de sol. Un poco de sol para que saliesen a hablar, poco y recurrente, a los bancos de las eras. Alguien dice que compraron La Quintería, pero quizás sea más bien un deseo de que la selva no se coma la alegría, de que no sea tan evidente la muerte lenta del pueblo.
Yo, que soy más radical, disfruto con la contrarreforma de la Naturaleza, con la vuelta atrás. Con el olvido de escaparates luminosos y mujeres enloquecidas de alegría delante de un espejo. Pero es triste tanta calle vacía, tanta amenaza de irse, tantas veces lo mismo, tanto truque. Tanta lluvia sin que el sol nos infle las bolitas blancas de la suerte.
(Y un perro negro empapado bajo la lluvia).

viernes, 26 de octubre de 2012

por el valle de alcudia en brocha


A pesar de la paz del paisaje, uno necesita liberar energía. Entonces salen estas cosas.
Vistas desde el patio de la Antoñita y la carretera del Hoyo, cerca de Solanilla del Tamaral.

jueves, 25 de octubre de 2012

cervantes en ciudad real

En la Plaza de Cervantes, escultura de García Coronado, que pronto cumplirá un siglo, dedicada al Príncipe de los Ingenios, con una representación de la batalla de Lepanto y escenas de El Quijote. Detrás, el edificio que fuera del Gobierno Civil, la cueva de los grises. Ahora es una plaza llena de terrazas, desde donde está hecho el dibujo.

miércoles, 24 de octubre de 2012

boda de isa



Me gustaría no ir a las bodas. En algún momento hemos reído. Esta vez, además, nos hemos bañado en el mar y me he hecho el muerto mirado las estrellas y la famosa luna de Valencia. Pero me gustaría que supieran que no me gustan las bodas y entendieran que me gustaría no volver a ninguna.

martes, 23 de octubre de 2012

las piedras del hituero (2)

Ya he hablado y mostrado varios dibujos de este mítico lugar de los alrededores de Mestanza. Ahora en otoño es un buen momento para visitarlo. Hace buen tiempo, todo está verde, hay espárragos, se oye correr el arroyo de Valdecabras y está a pocos kilómetros del pueblo. Hoy hago esta foto. Brillan los líquenes amarillos y las nubes llenan el cielo de hermosos trastos (un bebé gigante, por ejemplo). Rebonito ¿verdad?



Esta foto es de la Semana Santa de 2011.

lunes, 22 de octubre de 2012

mestanza desde el castillo




A veces encuentra uno un sitio donde no hay más remedio que dibujar. Hoy, en lo que los mestanceños llaman el castillo, me encuentro medio banco en una pequeña esplanada desde el que hay unas estupendas vistas de Mestanza y el valle. Un sitio perfecto para dibujar tranquilamente y sin miedo al montón de líneas que todo esto requiere. Unas cuantas casas y un cigarro mirando los detalles: las retamas entre el pasto, las líneas paralelas que forman los olivares en la sierra, las escuelas viejas y las nuevas, los cipreses del cementerio, las lindes entre campos de distintos tonos, las ramas de las palmeras, las casas con palomar. Tejados y tejados y muchos rojos en tejas, paredes, hastiales y la pista de baloncesto. Sé que no tengo tanta facilidad para simplificar, pero es que disfruto mucho con los detalles.
Alguien desconocido pasa aquí las horas, calentando estas cuatro maderas rotas. Alguien que imagino con gorra de esas con broche en la visera y que trajo este viejo banco para pasar las horas mirando la imagen que poco a poco le he ido robando. Me gustaría encontrarlo y enseñarle mi delito.

domingo, 21 de octubre de 2012

octubre rojo



El partido había dejado de interesarme, especialmente después de esa extraña luz que apareció tras las ventanas. Salí a la calle. Los tejados y las fachadas se habían puesto rojos, hasta el verde de la la Sierra de Puertollano parecía coger tintes sanguinolentos. Era algo espectacular, rayano a lo timoso. Corrí sin pensarlo con los archeles a la trasera de la Gena.
Era Octubre, cuando el sol rojo hace esas cosas con las nubes. Y no nos acostumbramos. Torpe, inútil con un pincel y un bote de agua. Intentándolo sabiendo que es ridículo. Que es así todos los días nubosos de todos los octubres de todos los años, aunque parezca que se acaba el mundo.

sábado, 20 de octubre de 2012

espárragos en la niebla













Amanece un día precioso de niebla. En un principio no se ve más allá de cinco metros, pero luego va perdiendo densidad a lo largo de la mañana. Da profundidad al espacio al aclarar aún más las lomas y montañas que se van perdiendo hacia el fondo. La luz filtrada hace que los colores tengan más densidad. No encuentro muchos espárragos, pero paso una buena mañana.

viernes, 19 de octubre de 2012

mestanza desde el arroyo de los huertos



El mejor paseo de Mestanza hubiera sido el camino del Arroyo de los Huertos hasta Los Pilancones, de no ser que el alcalde hubiera optado por el horrible camino que se ha hecho paralelo a la carretera de El Hoyo, y aún creeríamos en alguna posibilidad de que lo fuera si no hubieran hecho la carretera para la construcción de la nueva presa del pantano, primero, si no se hubiera construido la depuradora, que contamina el agua, alimenta una plaga de mosquitos de tamaños inverosímiles y ha hecho desaparecer parte del paisaje (un cuarto de cerro) por el morro, segundo, y si, tercero, no hubiera convertido su inicio en un vertedero ilegal de escombros, electrodomésticos y muebles viejos. Hubiera costado mucho menos, sería más hermoso y arbolado y no tendría ninguna dificultad para gente mayor. Pero, sobre todo, hubiera consolidado una tradición.
Pese a todo, yo lo cojo a menudo, y sigo disfrutando.
Es sólo una opinión.

jueves, 18 de octubre de 2012

de méxico a madrid con mal rollo

Javi me cambia dólares por pesos, los últimos. Abajo nos hacen unos jugos de fruta bien ricos. En el aeropuerto me mangan lo que me queda de brandy. El avión está casi vacío. Lleva una cámara en la cola y vemos las nubes en directo. Sobrevolamos Nueva Orleans, Atlanta y Washington. Llegamos demasiado pronto. El metro me resulta coñazo y los usuarios marcianos estúpidos. Nos acostamos hasta la hora de comer. Todo es extraño. Las cartas de los bancos me ponen enfermo. Las mujeres llevan medias... ¿cuánto tiempo hace que no veo una mujer con medias? Esto me supera. Dejamos las mochilas en el suelo, como una bomba casera, y corremos a pillar un autobús a Bolaños.






Cuaderno de Viaje a México en 2003.

Libro de prueba regalado por una imprenta, encuadernado y completamente en blanco. Tamaño DINA4 cerrado, papel grueso apto para acuarelas e incluso rotuladores gruesos. Muy desgastado y estropeado en el viaje por su gran tamaño, ha sido forrado posteriormente con un mapa de México y se han usado de guardas las primeras y últimas páginas. Ya que quedó corto para tan largo viaje, se le añadió un cuadernillo de cartulinas pegadas con celo.