lunes, 10 de septiembre de 2012
sobre el dolor (2)
Me entristece el dolor que nos infligimos unos a otros. Veo descaminada la ruta a la impotencia y quisiera conducir la tristeza al abatimiento, al dulce estar contemplando la inquebrantable tarea de las hormigas, el hermoso balanceo de las plantas, el progreso vertical de las nubes, o, desde esas mismas nubes o como un extraño en él, ese pequeño y ridículo mundo donde nos golpeamos hasta que la sangre nos asusta y luego ya tampoco.
Luché por cosas estúpidas, y ahora me veo sin fuerzas para lo que quizás fuera importante, y, viendo siquiera imposible mi compañía, puede que pueda ofrecerme a mí mismo una miaja de dulzura. Esa laxa dulzura que finge paz, y pudiera serlo. Y yo pareciera salvarme aun sin hacerlo.
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