la voz censurada

    Tratar de intimidarme o censurarme no funcionará, porque este movimiento por un alto el fuego es mucho más grande que una sola persona. Está creciendo todos los días. Hay millones de personas en todo nuestro país que se oponen al extremismo de Netanyahu y están hartas de ver a nuestro gobierno apoyar el castigo colectivo y el uso de bombas de fósforo blanco que derriten la carne hasta los huesos. Señor Presidente, han terminado de observar a nuestro gobierno, que apoya el corte de alimentos, agua, electricidad y atención médica a millones de personas que no tienen adónde ir. Al igual que yo, señor presidente, no creen que la respuesta a los crímenes de guerra sea más crímenes de guerra. La negativa del Congreso y de la administración a reconocer las vidas palestinas está destrozando mi alma. Más de 10.000 palestinos han sido asesinados. La mayoría, la mayoría eran niños. 

    Somos seres humanos, como cualquier otra persona. Mi ciudad , mi abuela, como todos los palestinos, sólo quiere vivir su vida con la libertad y la dignidad humana que todos merecemos. Hablar para salvar vidas, señor presidente, sin importar la fe ni el origen étnico, no debería ser motivo de controversia en esta cámara. Los gritos de los niños palestinos e israelíes no me parecen diferentes. Por qué... lo que no entiendo es por qué los gritos de los palestinos les suenan diferentes a todos ustedes. —Rashida Tlaib, única representante palestina-estadounidense en el congreso de los USA, poco antes de la votación para ser censurada.