En 1818, el Ayuntamiento de Madrid tuvo a bien regalar a Isabel de Braganza, esposa del absolutista Fernando VII, una pequeña y elegante casa de campo a las afueras de Madrid. A raíz de la desamortización ilustrada de Carlos IV, los terrenos pasaron a ser propiedad de los monjes de San Cayetano hasta que en 1808, fueron arrebatadas estas tierras por José Bonaparte, quién a su vez se las cedió a su Ministro de Justicia Manuel Romero. Así, en lo que entonces se denominó como Huerta de Romero, y luego Huerta del Bayo, por ser propiedad del catedrático Francisco del Bayo y situada junto a lo que hoy es la Ronda de Toledo, se construyó el Casino de la Reina Nuestra Señora. Pocos meses después, Isabel de Braganza falleció, pasando a manos de su real esposo, Fernando VII.
La puerta principal del cercado estaba en la hoy Ronda de Toledo. Luego fue desmontada e instalada como puerta del Retiro en la Plaza de la Independencia. Dentro del huerto había un extenso jardín con árboles diferentes, parterres de flores, bancos, grupos escultóricos y una ría navegable con un puente chinesco de piedra que lo atravesaba. El palacio neoclásico fue diseñado por el arquitecto Antonio López Aguado. En 1867 se convirtió, provisionalmente, en Museo Nacional Arqueológico, hasta que fue trasladado a su actual ubicación en 1892. Junto a éste, en 1881, se construyó un edificio neomudéjar en los terrenos de la ría y el invernadero grande, diseñado por Francisco Jareño Alarcón para Escuela de Veterinaria, que luego fuera Facultad Universitaria. En 1960 se convertiría en el Instituto de Enseñanza Secundaria Cervantes. En 1916 se construyeron el Grupo Escolar Príncipe de Asturias y la Escuela Santa María.
El palacio ha tenido diversos usos, desde asilo de personas mayores, hasta casa cuna de las mujeres cigarreras que realizaban su trabajo en la fábrica de tabacos ubicada en la Glorieta de Embajadores. Con el paso del tiempo tanto el palacete como el espacio exterior sufrió un proceso de abandono y deterioro hasta que en 1997 se declaró Lavapiés Área de Rehabilitación preferente, iniciándose los proyectos necesarios que culminaron en el año 2001 en el Centro Social Comunitario Casino de la Reina.
Sus magníficos árboles desaparecieron, así como sus bancos y esculturas, quedando como último reducto el edificio del palacio y su sencilla escalinata de acceso, junto a la que creció una semilla de algún viejo almez (recordemos que en Madrid hay almeces mucho más antiguos, como el de la plaza de Murillo, junto al Jardín Botánico) que, afortunadamente, nadie tuvo la feliz idea de cortar. Hoy se alza majestuoso junto al palacio.
Actualmente está catalogado como árbol singular de la Comunidad de Madrid nº 268, aunque sin datos sobre sus medidas, edad e historia (?). Convive en el Parque Casino de la Reina con 213 árboles más, una tercera parte son acacias del Japón, un 14% almeces, un 12% ciruelos rojos y un 8% moreras. En cuanto a arbustos, hay espinos de fuego, palmeras canarias, laurentinos y hiedra.
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