Inaugurado en 2015 por Sebastián Salinas Maldonado y Carlos Navarría Rodríguez, remozando una antigua carbonería del Paseo de la Florida, en los bajos de uno de los pocos edificios anteriores a la Guerra Civil, es un café a la francesa, con bollería gala, pero a precios asequibles (3 euros el desayuno). Cafetines, sillas chulas y bonitas lámparas del techo, rozando la cursilería. Es un lugar tranquilo y agradable para desayunar rodeado de señoronas con perritos y ejecutivos de la zona. En 2018 se inauguró otro de semejantes características en la Cuesta de San Vicente, cuyo dibujo puede verse
aquí.
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