Terraza tranquila, en el cruce del pasillo verde con la calle del Labrador, y algo inclinada. Mientras dibujo, se me acerca un grupo de descarados gorriones. Pido una caña y me ponen una copa grande a 2,90 euros, como si fuera un turista que desconoce los códigos. Dibujo a toda velocidad y me piro. Con su pan se lo coman.
Yo en mi blog llorando por sus montes ardiendo y ellos achicharrándo a los clientes .. si es queeee... este primer cliente, muy logrado, totalmente concentrado en su móvil ; )
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