Los iberos expresaban su religiosidad a través de exvotos en forma de pequeñas figuras elaboradas en piedra, bronce o terracota, unos elementos de “arte popular” que fueron considerados en un primer momento como representaciones de dioses, pero que, seguramente son representaciones de los oferentes. Los más numerosos son metálicos, piezas macizas realizadas mediante la técnica de la “cera perdida”, de un tamaño no superior a los 18 cm de altura, con algunas excepciones. Generalmente son imágenes estilizadas de oferentes masculinos y femeninos en actitud de plegaria, con algún rasgo exagerado (manos, ojos, órganos sexuales) y portando alguna ofrenda (un panecillo, frutos, etc.). Del mismo modo también se conocen jinetes, caballos y partes del cuerpo, así como miniaturas de cuchillos afalcatados. Su cronología parte, por lo general, de mediados del siglo III a. C.
Estas piezas eran depositadas en honor a divinidades, a cambio de protección, bienestar, salud y prosperidad, encontrándose en santuarios ibéricos del sur y sureste peninsulares, destacando núcleos como el entorno de Despeñaperros en Jaén (Collado de los Jardines, Castellar de Santisteban) o La Luz (Verdolay, Murcia), así como en otros puntos de Andalucía y Levante. Estos centros de culto siempre se localizan sobre elevaciones del terreno o en cuevas, próximos a importantes vías de comunicación y a cursos de agua, a una determinada distancia de los núcleos de población, siendo en ocasiones auténticos centros de culto comunitarios de control territorial.
MARQ-Museo Arqueológico de AlicanteNational Geographic
Fotos de exvotos de Haza del Rayo en el Museo de Jaén, de la colección de la Fundación Rodríguez Acosta, de los expuestos en el MARQ y del Cerro de las Albahacas.
Muy bonitas piezas. Algunas se parecen muchísimo a figuras encontradas en Isla de Pascua.
ResponderEliminarAbrazos
Cada pieza una persona. Se ha estudiado el vestuario ibero a través de estas figurillas.
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