viernes, 31 de marzo de 2023

muñeca articulada de terracota

Con una muñeca parecida, de unos 8,5 centímetros, jugaba una niña ibera en el Tossal de San Miguel de Liria entre los siglos III y II aC. El tocado está hecho con incisiones, así como los ojos y la boca. Lleva una túnica roja pintada con óxido de hierro y los brazos están unidos al cuerpo con una cuerda. También tiene un agujero que ataviesa la cabeza verticalmente, como para poder colgarla como una marioneta. 
Con la llegada del torno y el horno de tiro vertical, gracias a los fenicios, la producción cerámica en la vertiente mediterránea peninsular coge niveles impresionantes. Ya hay alfares especializados. Con todos los materiales allí, nada tiene de extraño que un alfarero hiciera una muñequita, con los restos de barro, para su hija pequeña.

jueves, 30 de marzo de 2023

silver








Se llama Silvestre porque nació el 31 de diciembre, aunque todos le llaman Silver. Cualquier día que vayas a Casa Pepe, allí estará. Las camareras apenas duran unos días y a Víctor ya no lo vemos. Él ya está fijo. Nos pone paella de tapa, unas albóndigas, callos con garbanzos o queso manchego. Le pregunto su nombre. A cambio, tengo que darle el mío.

miércoles, 29 de marzo de 2023

el bar zulu


Me gusta ir a los bares de los mercados. Suelen tener buenas tapas de cocina, charlas jugosas y precios populares. Zulu, de Zulueta, el apellido de una familia de vascos que ahora lo regentan, es el bar del Mercado de la Guindalera, que no ocupa más que lo que un puesto pequeño y que aprovecha un rincón para poner varias mesas. Aquí puedes tomarte un café o una caña frente a la frutería La buena semilla y ver cómo se acercan las mujeres a la compra.

martes, 28 de marzo de 2023

un café en la terraza del xukar


La cervecería Xukar, en Áncora 5, es un sitio del montón, de esos cercanos a Atocha con raciones de calamares, chopitos y bravas. Lo mejor es su terraza. Por la tarde da el sol y puedes ver a mogollón de gente de paso. El café, a 1,70 euros, no es muy bueno; pero es una buena excusa para pasar un rato dibujando y oyendo a jóvenes que quieren ser actores y músicos famosos.

lunes, 27 de marzo de 2023

el gran atizador






La arrogancia y el desprecio de Macron con su reloj de lujo, que intentó esconder, (ver fotos que circulan en internet) en su intervención televisiva han llegado a un punto culminante y sin retorno posible, cuando calificó de jauría (meute) y de facciosos (factieux), comparando con los seguidores norteamericanos de Trump a los millones de manifestantes y a la unánime intersindical de trabajadores que reclaman en Francia la retirada de su proyecto de ley sobre las pensiones, que pretende hacer pasar por ordenanza, sin voto en el parlamento.

La actitud de Macron es arrogante e irresponsable y numerosos son los periodistas que a través de órganos de prensa libres en internet denuncian aqui esta deriva autoritaria de Macron, que prefiere provocar el caos y la parálisis del país, para satisfacer los deseos de sus amos financieros del Cac 40.

La crisis institucional, política y la fractura social es hoy total, y solo la retirada del simbólico, injusto y brutal proyecto de «contrarreforma» de las pensiones, podrá calmar la actual rebelión social. A la moción de censura parlamentaria le faltaron nueve votos. La censura popular con la extensión de la huelga y del bloqueo del país por millones de franceses ha tomado ahora el relevo.

La brutal represión policial contra el movimiento sindical va a dejar huellas mucho más profundas que la que hubo contra el mal articulado movimiento de los «gilets jaunes». Con esta movilización masiva y popular redoblan las campanas del fin de reino de un presidente financiero desconectado de la realidad del país y al servicio de los multimillonarios. Su dimisión aparece hoy como una urgente necesidad para que todo en Francia vuelva a la normalidad en el marco de un Estado de derecho.

domingo, 26 de marzo de 2023

bodegas rosell

En la calle General Lacy, de Madrid, sobrevive esta taberna de los años veinte con su aspecto rancio, pero a la vez agradable. Cervezas bien tiradas, vermú de grifo, muchos vinos, tostas y ricas croquetas de bacalao. La tortilla, regulera. Se puede, y conviene, reservar. Tiene terraza.

sábado, 25 de marzo de 2023

viernes, 24 de marzo de 2023

jueves, 23 de marzo de 2023

miércoles, 22 de marzo de 2023

martes, 21 de marzo de 2023

malena en el café dieli


En esto quedó el bar Marbella, aquel bar de grandes ventanales donde Rafa y los otros albañiles de Bolaños jugaban al tute subastado mientras me tomaba un café en su barra en forma de U. Ahora son casi todo mujeres, y algún perro, que pasan la tarde delante del ordenador portátil y un café por 2,50 euros. Al menos quedaron los ventanales, restringiendo el uso de ese espantoso papel pintado de verde. En poco tiempo han conseguido un viejo café de otros tiempos y de luz oscura, donde tengo que dibujar a tientas. Allí está Malena con sus gafas de plástico transparente enredando por las redes y malgastando el tiempo. Se asoma al dibujo y me dice ¡qué buena manera de pasar la tarde! Pero será solo un pequeño fragmento.

lunes, 20 de marzo de 2023

la cultura chimú





La Cultura Chimú, sucesora de la Mochica, se estableció en la costa norte del Perú, desde el 700 hasta 1470 dC. De reino, del que no sabemos la procedencia de su población, se convirtió en imperio, ocupando todos los valles adyacentes al del río Moche. El centro de esta cultura fue la ciudad de Chan Chan (la ciudad del sol en qignam), cerca de la actual ciudad de Trujillo, compuesta por miles de edificios de adobe y un laberinto de calles y callejones en el valle del río Moche. Las ruinas de la ciudad cubren casi un área de 20 kilómetros cuadrados. Sus muros aún mantienen sus adornos en relieve de peces y pelícanos, que demuestran la importancia del agua.

Chan Chan no se parece a ninguna otra ciudad del continente. Se compone de nueve ciudadelas, construidas totalmente en adobe, una sucesión de complejos reales ocultos tras imponentes muros de barro de hasta doce metros de alto y seiscientos de largo. Cada una estaba formada por un conjunto de corredores que conectaban almacenes, patios, albercas (huanchaques), residencias, inmensos patios ceremoniales de planta rectangular y grandes plataformas funerarias. Los muros de las ciudadelas estaban decorados con frisos geométricos que reproducían mamíferos, aves, peces, criaturas míticas…

Junto a las ciudadelas reales se alzaban complejos más pequeños, seguramente el hogar de nobles y burócratas que hacían funcionar la administración del Estado. Los barrios y distritos artesanos así como los huertos se hallaban en la periferia. Se cree que en su época de máximo esplendor Chan Chan pudo tener unos 35.000 habitantes.

Cuando un gobernante o curaca moría era enterrado en su propia morada, junto a sus bienes, pero no realizaba solo el viaje al inframundo: se hacía acompañar de una nutrida comitiva de jóvenes mujeres que habían sido sacrificadas. Ejemplo de ello es la plataforma funeraria de una de las ciudadelas, conocida en la actualidad como Nik An (Casa del Centro), donde además de la tumba del gobernante se hallaron 44 huecos para enterrar a sus acompañantes. Tras el suntuoso entierro, el sucesor construía otro complejo, una nueva ciudadela para él y su corte.

Con la ayuda de las conquistas y las guerras del pueblo de la cultura Chimú, formado por un estado muy burocratizado y en poder de una aristocracia curaca bajo la suprema autoridad de Chimú capac, durante sus días de gloria gobernó sobre una franja costera de terreno de 1000 km que casi llegó a la frontera norte del Perú. El estado de la cultura Chimú obtuvo su máxima expansión durante su última etapa (1350-1470 dC), tras haber derrotado a la cultura Sicán en el norte. El estado de la cultura Chimú compitió mucho con el Estado inca, que lo suprimió alrededor del año 1470 dC. Chan Chan fue conquistada por los incas. Lamentablemente, la ciudad, declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se sigue erosionando y rebajando sus muros.

Los pobladores de la cultura Chimú adoraban a la Luna debido a su creencia que influía sobre el crecimiento de las plantas, las mareas y a su utilización como marcador del tiempo. Creían descender de cuatro estrellas, de las dos mayores descendían los nobles y la gente común de las otras dos. Creían que el alma de los difuntos iba hasta la orilla del mar, desde donde era transportada por los lobos marinos hacia su última morada en las islas.

Su vida en el desierto peruano se hacía llevadera gracias un sistema de riego inteligente complejo que les permitió irrigar campos de cultivo y mantenimiento de jardines durante todo el año.También fueron hábiles artesanos, produciendo una gama de cerámica y una gran cantidad de objetos metálicos intrincados en oro, plata y cobre, que incluyen cuchillos, recipientes y joyería, así como textiles diversos, algunos decorados con plumas de colores .

La agricultura fue una de las principales preocupaciones, construyeron muchos kilómetros de canales de riego, incluyendo canales entre valles. La enorme área cosechada en el valle de Moche en tiempos prehispánicos todavía sobrepasa el área actualmente cultivada.

La pesca fue otra de las grandes fuentes de alimentación y comercio. Hay muchas representaciones cerámicas de pesca individual en caballitos de totora, que aún se usan en la costa peruana. También llegaron a domesticar a los pelícanos para pescar.

El sitio arqueológico de la cultura se caracteriza por muros muy altos, algunos de los cuales son de 26 metros de altura, que encierran las ciudadelas y las huacas, que es como se denomina a los lugares públicos, religiosos o palacios. Junto con Huaca pintada, Huaca del Dragón, Chan Chan tiene la más grande pirámide escalonada, que se encuentra en el norte de la ciudad, forman el grueso de la arquitectura monumental en el sitio. Cada uno de estos palacios, la mayoría de las cuales están dispuestos de una manera muy similar a pesar de las diferencias de tamaño, se caracterizan por tres tipos de estructuras: en forma de U audiencias, almacenes y pozos. En términos generales, los altos muros del sitio, largos pasillos, pasadizos tortuosos y sinuosas y entradas pequeñas muestran cómo meticulosamente como el régimen controlaba el flujo de personas dentro de los recintos.

La cerámica es continuadora de la mochica, la norteña. Las botellas con asa estribo serán nuevamente la forma predominante. En la esquina entre el pico y el asa de las piezas, se representa un pequeño mono. Como en el arte Mochica, la cerámica escultórica vuelve a alcanzar un rol protagónico. La élite Chimú opta por la cerámica negra, y renuncia tanto al uso de la policromía, como al asa puente con doble pico en la cerámica, rasgos claramente sureños. La cerámica Chimú se confeccionó utilizando moldes, ya que se trató de una producción alfarera en serie. Tal como dos mil años antes se representaba al felino como el poderoso que vencía al venado, en el arte Chimú se representa al ser humano cargando al venado sobre sus hombros, transmitiendo el mensaje de una humanización del poder.

Artísticamente, también se trabaja la madera y la metalurgia, llegando a un alto nivel en el trabajo del cobre, bronce arsénico, plata y oro. Para los textiles se utilizó la lana y el algodón. Se sacaba de la alpaca, la llama y la vicuña. El algodón se cultivaba en siete colores diferentes. Como prendas, usaban taparrabos, camisas sin mangas, ponchos y túnicas.

CerámicaChimú

domingo, 19 de marzo de 2023

sábado, 18 de marzo de 2023

viernes, 17 de marzo de 2023

brindo por los niños

Habrá que celebrar que un niño 
haya muerto como un niño, 
que un niño haya escapado.

Los encerramos en escuelas, 
les inculcamos nuestros tabúes, 
los enredamos en nuestras guerras 
y no pueden escapar. 
No tienen armas, 
pero los matamos.
Masacramos a los inocentes.

El mundo es de los niños,
el auténtico mundo.
Trepan los árboles,
ruedan por la hierba.
Son como hormigas.
Libres como pájaros.
Son animales y no se avergüenzan.

Ellos saben lo que es importante:
que ha nacido un ratón,
que una hoja caiga en el estanque.

Si el mundo estuviera poblado de niños...

Jean Renoir en The river. Francia 1951

jueves, 16 de marzo de 2023

retratos sobre terracota



Retratos pintados con engobes con óxidos de hierro amarillo, rojos y negro sobre losetas de terracota cruda aún húmeda. Abajo: las mismas losetas cocidas a baja temperatura.

miércoles, 15 de marzo de 2023

martes, 14 de marzo de 2023

bar marfe


Pequeña taberna popular con tapas de cocina, regentada por gallegos, en la Ronda de Atocha. Por la mañana está tranquila y puedes pedir esos ricos choricillos que ponen de tapa; pero cuando se llena de gente que va o viene al/del Price sólo hay cacahuetes. Es la típica de barrio donde encuentras siempre a la misma gente.

lunes, 13 de marzo de 2023

domingo, 12 de marzo de 2023

sábado, 11 de marzo de 2023

una cita con los sonidos ancestrales de pepe moltó





Pepe Moltó, afinador de instrumentos de tecla y constructor de instrumentos de música populares de tradición oral y de juguetes sonoros populares también de tradición oral, el jueves 16 de marzo, a las 19 horas, impartirá una conferencia ilustrada con el título: El sonido de la Prehistoria y su continuidad en las culturas tribales, en la Biblioteca Musical del Centro Cultural Conde Duque, de Madrid.

La entrada será libre hasta completar el aforo.


jueves, 9 de marzo de 2023

taberna el dos, ahora sagasta 2


Muchos cachivaches históricos han desaparecido en la limpia de la taberna Vinos el 2, La Magnífica de Sagasta, que ha quedado casi empelota sin la pátina de su historia. Sigue su fachada de madera pintada de rojo, su barra de mármol y algunos muebles. Ni los relojes, ni los grifos, ni Araceli, han quedado. 
Caña con tapa fría por 2 euros.

Podéis ver cómo era en 2013 AQUÍ.

miércoles, 8 de marzo de 2023

jinete nazarí


Decoración de esmaltes sobre engalba CC-03 en terracota.

martes, 7 de marzo de 2023

duelo clandestino por un muerto inexistente




    Jorge Moreno, miembro del proyecto Mapas de Memoria de la UNED, parte de la idea de que los rituales funerarios implican la conversión de alguien que está vivo en alguien que está muerto siendo esta la manera en la que el ser humano domestica la muerte, le da un lugar y un nombre. Esto suele realizarse mediante un entierro o un homenaje, que supone llevar el cuerpo del mundo de los vivos al mundo de los muertos.

    En el caso de los republicanos había una imposibilidad de completar este ritual por la inexistencia de un cuerpo, asegura el experto, lo que sitúa al fallecido en una espera permanente. Esto provoca una desorientación buscada de manera premeditada por el régimen franquista, que quiere alargar el dolor de las familias mediante el terror no solo por el asesinato, sino con la ocultación de los cuerpos, continúa Moreno, para quien ese no estar ni en un lugar ni en otro es lo que intentaron solucionar las familias a través de sus propios rituales, mediante fotografías, prácticas privadas u objetos.

    Estos últimos, custodiados durante décadas como tesoros por las familias, protagonizaron en 2020 uno de los proyectos impulsados por Mapas de Memoria, en forma de una exposición llamada Las pequeñas cosas. Entre ellas están las pocas piedras manchadas de sangre que la hermana de Ángel Ruiz, asesinado en mayo de 1940 en Almagro (Ciudad Real), recogió del lugar en el que fue fusilado. Las guardó en un baúl hasta poco antes de morir, cuando se las entregó a Saturnina, la viuda de Ángel. Ella cosió una bolsita para guardarlas y las llevó en su delantal durante toda su vida. Las piedras manchadas de sangre recuperadas del lugar en el que fue asesinado Ángel Ruiz.

    Las piedras recuperadas pasaron después a manos de Vicenta Ruiz, la hija del matrimonio, y ahora a las de Ángela, la nieta, a quien han llegado otros muchos utensilios heredados que guarda en una caja: una petaca, unas cartas o unas tijeras comparten espacio con una vieja foto de Ángel, que ocupa el centro. La fotografía había viajado con Saturnina allí donde se había trasladado ella a lo largo de su vida. Donde ella iba, iba la foto.

    No se resignaron al olvido. La memoria de los desaparecidos fue cultivada en privado y, a veces, los sitios de las fosas comunes fueron marcados con cruces u otros signos para evitar que cayeran en el olvido, algo que fue de gran ayuda para localizarlos cuando, 40 años después de la guerra, comenzaron las búsquedas de los restos, explica Paloma Aguilar, experta en memoria histórica.

    Entre las estrategias y rituales identificados, las fotografías expuestas en las casas ocupan un lugar central, señala Moreno, que pone el foco en que a falta de cuerpo y tumba, será a las imágenes a las que prodigarán cuidados, tratamientos e incluso mortajas. Eran a menudo collages de fotos en los que se insertaban varias de distintos miembros de la familia. Fotografías muy cuidadas y con una técnica para ajustar bien las piezas y que los muertos aparecieran con la luz más favorable posible, vestidos muy elegantes y con expresiones de seguridad y serenidad. Otra forma de homenaje póstumo tuvo que ver con poner el nombre de los ejecutados a sus descendientes o nuevos miembros de las familias.

    Los rituales de duelo clandestino a los que estas familias fueron obligadas por la dictadura no solo se redujeron a desafiar el silencio y recordar a sus seres queridos, sino que también fomentaron la solidaridad entre familias, permitieron la transmisión intergeneracional de la memoria y las lealtades ideológicas y creó resiliencia familiar. Algo que, asegura, resultó muy útil para organizar las exhumaciones de los restos de los fusilados que empezaron a producirse, de forma muy precaria, solo una vez llegada la democracia.