Cervecería oscura y fría, más bien dispensador de cerveza, como un labo industrial. Tiene tienda, diez grifos rotatorios y mogollón de cervezas para probar, pero de una forma científica, olvidando el ambiente y el calor de un bar. Como querer ser exhibicionista ante tu ginecóloga. Tres opciones de tapa: patatas fritas, frutos secos picantes y ganchitos. Bebo una media pinta de cerveza ahumada alemana Schenkerla Urtok, de Aecht, con panchitos picantes por 3,50 euros, mientras dos ecuatorianas hablan de amores.
Backstage Cervecissimus está en la calle Delicias, 6. Madrid. Enfrente tienes un Tiro de hacha-Urban safari.
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