En un rincón de la plaza porticada de Colmenar de Oreja está el Café Checa, con una tribuna a la plaza que usan de terraza comedor. El nombre del café viene del famoso pintor de entresiglos (XIX y XX) Ulpiano Checa, que nació en esta localidad y que actualmente tiene un museo dedicado exclusivamente a su obra. Como quiera que hace un frío que pela, comemos en su comedor interior un rico menú, integrado por un potaje de judías blancas con matanza, dorada al horno y flan casero, por 13 euros. El vino de la casa es muy malo. Lo cambio por un tempranillo-merlot
Señorío de Zafra, un vino bastante aceptable de las Bodegas Figueroa, de aquí, de Colmenar.
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