A unos tres kilómetros al norte de Granátula de Calatrava, está el cerro de La Encantada, a unos 150 metros sobre esta llanura entre dos cadenas montañosas, los Montes de Valparaíso y Los Catillejos, o Cerrillo de los Rayos, de este lado, y la sierra de Calatrava, del lado sur. Este lugar está formado por cuarcitas rotas por materiales de origen volcánico del terciario y el cuaternario, formando una serie de conos y coladas volcánicas. Entre las rocas verdean coscojas, enebros, acebuches y arzoyos. Esta mezcla de cuarcitas y aluviones cuaternarios forman un gran balcón grisáceo verdoso desde el que asomarse al valle, lleno de cultivos.
En esta situación de dominio hay un asentamiento de la Edad de Bronce, en lo que por aquí llaman castillejos, de diferentes características de la llamada Cultura de las Motillas, y mas aún de la argárica. Los elementos encontrados en las campañas del 77 al 91 son de fortificación, con murallas, torreones y estructuras de almacenamiento a modo de silos, edificios rituales asociados a sepulturas y restos de viviendas. Han aparecido vasos, ollas, cuencos y copas de cerámica, lisa predominantemente, así como vasos coladores para hacer queso, pesas de telar, herramientas de piedra y hueso, objetos de adorno de concha y pizarra, botones de hueso y marfil y armas de cobre y bronce. Encontraron metal abundante en las sepulturas, así como moldes de fundición y machacadores de mineral, seguramente extraído de las sierras próximas y del Valle de Alcudia.
Cuando Granátula tuvo playa
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