La salida está bien señalizada por flechas y piedras labradas por Nicanor Carballo. Descendemos y tomamos el desvío al Santuario de la Tuiza, tras cruzar un puente sobre el río Tuela y pasar por debajo a A-52. Dejando el santuario a la izquierda, se baja una pista asfaltada y luego un camino para cruzar el arroyo Tuiza. Ascensión exigente a Canda en un bonito recorrido rompepiernas entre helechos y arboleda. El Alto de Canda es la frontera con Galicia.
Se llega a una fuente de Nicanor Carballo y se pasa bajo las vías para continuar el descenso. Siempre de frente, se cruza más adelante el arroyo das Hortas y se llega más adelante a A Vilavella, en el km 12. El camino avanza paralelo al curso del río Abredo, luego un tramo lleno de pasarelas de piedra y, más adelante, la ermita de Nuestra Señora de Loreto y O Pereiro (15,8 km), donde hay bar para una parada y almuerzo. Se atraviesa por la calle principal, una pista y una senda a la derecha. Se cruza un arroyo del río Abredo y se sube una ladera llena de escobas. Una pasarela, giro a mano izquierda y a 600 metros, una carretera para salvar las vías y, 200 metros después, se deja por una pista que lleva a O Canizo (21,2 km).
Se sigue la N-525 hasta el Alto do Canizo. Cien metros después de sobrepasar la A-52, se coge un camino a la derecha hasta llegar a la altura de la Cruz Roja. Esto ya es A Gudiña, un pueblo de 1.300 habitantes y 8 parroquias. Perfecto para tomarse unos agrícolas.
La duración ha sido de 6 horas y 14 minutos para una distancia de 27,20 km y una velocidad media de 4,37 km/h.
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