Volvemos al pueblo bajo la lluvia. Los vinos en el Floren traen unas tapas excelentes. El moje es una pasada. Upe llega feliz con su pie nuevo. Por la tarde nos tomamos unos cafés en la nueva Sancha.
Trespe me pone un papel sobre la mesa y unos refrescos. Confía plenamente en que le dibujaré su bar. Esta ginebra con limón y una rodaja de lima flotando con unas rocas de hielo es lo mejor que puede estar pasándome.
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